Blog Momentum México – Página 3

Joe Biden y su lucha ambientalista

La presidencia de Joe Biden en los Estados Unidos llegará a la Casa Blanca con la esperanza de millones de personas cuya prioridad es una revolución verde. En campaña prometió que haría todo lo posible por encaminar a su país a que el neto de las emisiones de carbono fuera igual a cero.

Todo parece indicar que va en serio la lucha por una economía que tome en cuenta la salud de nuestro planeta. El futuro presidente nombrará a John Kerry, ex Secretario de Estado bajo la administración de Barack Obama, a una nueva posición que se encargará de ejecutar el plan verde de Biden, dicha posición tendrá un lugar en el Consejo de Seguridad Nacional lo cual marca un hito en la lucha a favor del medio ambiente y da señales de la prioridad que es este tema para el entrante gobierno.

La regulación en temas ambientales parece que será la principal herramienta del gobierno de Joe Biden, probablemente firmará una serie de decretos para revertir las políticas ambientales de Trump que, como sabemos, iban en la dirección contraria. De igual manera, fuentes cercanas al presidente electo afirman que buscará ser igual de estricto con todos los brazos del gobierno y todas las instituciones bajo su alcance.

El sector energético seguramente será el que sufra un cambio más brusco, se favorecerá significativamente a las fuentes de energía renovable como granjas solares y eólicas sobre los combustibles fósiles para generar electricidad, de igual manera pondrá muchas más restricciones a prácticas como el fracking y a la industria petrolera.

En cuanto a México, podríamos salir doblemente beneficiados. En primer lugar, podríamos recibir empresas que busquen migrar hacia zonas con normas ambientales más laxas, especialmente en sectores manufactureros y en segundo lugar, la presión del gobierno norteamericano sobre el mexicano para adoptar medidas en a favor del medio ambiente podría poner un freno al mal manejo ambiental de esta administración

Sin importar la resistencia a la que se encuentre como presidente, Joe Biden tomará como una de sus principales banderas la del cambio climático y cualquier avance en ese tema o semilla que plante durante su presidencia será recordada y agradecida por futuras generaciones. 

Lo que esperamos para este 2021

Las preocupaciones al inicio del año pasado eran el Brexit, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, la inestabilidad política causada por la campaña de reelección de Donald Trump y las tensiones bélicas entre Estados Unidos e Irán. Todos estos eventos a excepción de las tensiones con Irán tuvieron un desenlace catastrófico y aún así fueron nota de segundo plano dado que la gran historia de el pasado año fue la pandemia, las vidas que cobró y los estragos que causó.

Este año comenzó de manera anárquica y contradictoria. Por un lado las imágenes que nos regalaron los cientos de personas que irrumpieron en el Capitolio muestran la profundidad de a herida que dejará la presidencia de Donald Trump y el tiempo que tardará en cicatrizar, mientras que por el otro lado los mercados financieros continuan su disociación con la realidad, millones de desempleados y una profunda crisis social y económica no parecen afectar su escalada hacia altos históricos que se vuelven noticia cotidiana.

El retorno paulatino a la normalidad parece cada vez más cercano, la llegada de la vacuna a finales del año pasado y su aplicación a gran escala que apenas comienza nos da un ápice de esperanza para volver a nuestros espacios de trabajo, escuelas y actividades recreativas que tuvieron que ser abandonadas. Sin embargo, muchos economistas advierten de un retorno en forma de K, es decir, que mientras unos se recuperarán, otros continuarán por el camino descendiente y que se ampliará la brecha de desigualdad, en especial en economías avanzadas y entre personas con un nivel escolar alto y quienes no cuentan con estudios.

Otra gran tendencia que tiene el potencial de revolucionar la economía mundial y el sistema financiero global es la adopción institucional de las criptomonedas, en especial del Bitcoin que en el último mes ha visto su valor aumentar por más del 120% respecto al dólar. Muchos analistas e instituciones financieras creen que el estigma que generaba la criptomoneda como medio de transacciones ilegales se evaporó y dio paso a tomar en serio sus cualidades, comenzando por la tecnología que la subyace, su stock limitado, su capacidad de registrar cada movimiento y su divisibilidad.

En cuanto a los cambios forzados en los hábitos de consumo de las personas, todo parece indicar que el confinamiento únicamente aceleró la adopción masiva del comercio en linea, incluso en países menos desarrollados o con poca infraestructura. También, consolidó el dominio de las empresas de tecnología sobre la economía global que se debe no solo a su tamaño y recursos, especialmente a su influencia para determinar resultados políticos y ser los medios de comunicación socializada a la cual recurren miles de millones de personas en todo el planeta. Además de controlar el recurso más importante del momento: los datos de consumo, preferencias, secretos y hábitos de las personas.

Por último, la última gran tendencia que echará raíz este 2021 probablemente sea el movimiento ecologista que invadirá todos los aspectos de nuestras vidas, desde la política impulsado fuertemente por el Presidente Joe Biden y la nueva corriente verde en el congreso de los Estados Unidos encabezado por gente como Alexandria Ocasio-Cortez, pasando por las finanzas impulsado principalmente por un cambio en la mentalidad de los inversionistas que buscarán generar un impacto a través de sus inversiones y siendo cada vez más conscientes y alejándose de sectores como Oil & Gas y hasta los productos que consumimos y la manera en la que se producen impulsado por avances tecnológicos que vuelven los procesos verdes económicamente viables

Cuidado con la autonomía del Banco de México

El mandato del Banco de México es procurar la estabilidad de los precios, es decir, mantener la inflación alrededor de su meta del 3%, también, de manera indirecta facilitar el sano desarrollo del sistema financiero y ser pilar de la estabilidad macroeconómica del país.

Desde que México decidió por tener un Banco Central no subordinado a ningún autoridad gubernamental, la inflación se ha controlado de manera más eficaz y desde que se adoptó un régimen de objetos de inflación como marco para la conducción de la política monetaria del 3% en 2001, las fluctuaciones de la inflación han sido mínimas a comparación con las anteriores.

La independencia del Banco de México ha sido fundamental para lograr que se cumplan las metas inflacionarias, al igual que estar dotado de herramientas para instrumentar su política por los diferentes canales de transmisión de la política monetaria. Uno de ellos se encuentra en riesgo.

El proyecto de decreto de reformas a la Ley del Banco de México para que adquiera moneda extranjera en efectivo, aprobado por el Senado de la República vulnera la autonomía del Banco Central porque pretende obligarlo a comprar las reservas en exceso en dólares que los bancos comerciales no puedan regresar a los Estados Unidos.


Recordemos que existen límites en cuanto a las operaciones en dólares que se realizan en nuestro país, las restricciones están diseñadas para evitar que recursos ilícitos entren al sistema financiero y en general, constan de expedientes e identificaciones por parte de los bancos comerciales que reportan a la Secretaría de Hacienda de cualquier actividad inusual en alguna de sus cuentas.

Los dólares en efectivo después de pasar los controles son enviados de regreso a los Estados Unidos a través de contratos privados entre los bancos comerciales y empresas especializadas, de esta manera entran en las cuentas de los bancos comerciales de manera legal y son ellos mismos quienes incurren en los gastos y los riesgos de las operaciones.

Los bancos comerciales que no pueden realizar estos contratos para enviar efectivo a los Estados Unidos es porque se no tienen los controles necesarios para garantizar que los recursos no provienen de fuentes ilegales. Este no es el caso de la mayoría de los bancos que realizan estas operaciones de manera habitual y sin inconvenientes.

Los dólares en efectivo que circulan en nuestro país provienen del turismo, en parte de las remesas (únicamente el 1.5% de las remesas son en efectivo) y en su mayoría del narcotráfico, es por eso que los controles son tan importantes para evitar el lavado de dinero.

La autonomía del Banco de México se vería mermada por el hecho de que se le obligaría a comprar estos excedentes en efectivo. Esto podría tener grandes repercusiones, en primer lugar porque la decisión de si comprar o no dólares debería de recaer en las autoridades del Banco Central, no en una obligación y en segundo lugar porque podría comprometer las reservas internacionales de México.

Al obligar al Banco a comprar las dólares se le estaría obligando a mover reservas sin que éste pueda hacerlo conforme a sus objetivos y se perdería la capacidad de reacción de uno de sus instrumentos para ejercer su política monetaria. Hay que tener en mente que las reservas internacionales son un activo en el balance del Banco de México y que el efectivo es un pasivo y que cualquier movimiento del lado del activo (aumentar las reservas), tiene que tener un movimiento reciproco del lado del pasivo (más dinero).

Más grave aún es que se podría poner en riesgo el total de las reservas internacionales de México si se llega a sospechar que han entrado recursos de origen ilegal a ellas. La cuenta podría ser congelada y podríamos ser sujetos a sanciones internacionales. Las consecuencias para la estabilidad monetaria y para la economía mexicana podrían ser devastadoras.

Es muy grave lo que se pretende hacer desde el Senado para la estabilidad económica de nuestro país, manda señales poco alentadoras respecto al respeto a la autonomía del Banco Central y al entendimiento del sistema financiero global y las reglas que lo rigen. El Banco de México no debe de responder a ninguna autoridad gubernamental ni debe de ser usado como instrumento para incorporar recursos de dudosa procedencia al sistema financiero.

PyMes en el olvido

La crisis económica a causa de la pandemia ha arrasado con las PyMes en México. El INEGI informó que en los últimos meses, más de 1 millón han desaparecido y no parece haber indicadores que nos hagan pensar que la tendencia no continuará hasta bien entrado el próximo año.

De alrededor de 4.9 millones de PyMes sobreviven 3.9, casi una de cada cinco ha desaparecido. Un dato aún más alarmante es el resultado de la encuesta que pregunta cuánto más podrían soportar esta situación, la mitad estima no poder sobrevivir otro año, el 10% no cree aguantar 3 meses más.

No apoyar a este sector que, además, es donde se emplea la mayor parte de la fuerza laboral ha sido desastroso. El desempleo ha sido la consecuencia natural, más de 4 millones de personas perdieron su empleo a causa de este cierre masivo de empresas que, a su vez tiene como consecuencia un desplome en los salarios reales. Todo esto es la tormenta perfecta que se refleja en el desproporcionado aumento en la pobreza.

Atender el problema es cuestión de voluntad política y requiere de una solución integral. Atender tanto a la demanda como a la oferta, ofrecer ayuda económica a los consumidores no bastaría porque la oferta de bienes y servicios aún sería limitada. Lo contrario, ofrecer ayuda a las empresas no bastaría porque la demanda por sus bienes y servicios sería limitada.

Un paquete de ayuda temporal tanto para empresas en situación de extrema necesidad como para personas que perdieron su empleo o han visto sus ingresos seriamente afectados tendría que ser prioridad. El costo de no hacerlo sería enorme y dejaría una herida en la economía mexicana que tardaría años sanar.

Mientras que en Estados Unidos se plantean otro paquete de estímulos, en México parece que todo el sector productivo se encuentra en el olvido. Las instituciones financieras han sido las pocas que hecho su parte para ayudar a las empresas y evitar que la tasa de morosidad aumente y dar alivio a sus clientes, pero hay un límite para lo que pueden hacer.

El 37.6% de las PyMes reportó haber incurrido en atrasos en el pago de sus deudas, según los mismos datos del INEGI, la mayoría de los empresarios coincide en que la mejor política de ayuda serían apoyos fiscales. La situación es crítica para millones de empresas que son el motor de la economía mexicana.

Las noticias sobre la vacuna son esperanzadoras, parece que al fin nos acercamos al final de la pandemia, sin embargo, el regreso será paulatina y para muchas empresas, el daño está hecho. Seguirán necesitando apoyo para tener un retorno más pronto a la normalidad.

Campeones en competitividad estatal

El desarrollo y el crecimiento económico en México no es homogéneo, algunos estados han hecho mejor trabajo que otros. Existe una brecha entre los estados industriales del norte y del bajío respecto a los estados del sur, pero algunos otros se están poniendo al corriente.

El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó recientemente el Índice de Competitividad estatal 2020. En él se mide la capacidad de los estados para forjar, atraer y retener talento e inversión. En este índice otorga medallas de oro, plata y bronce en diferente ámbitos a los estados.

Únicamente la mitad de los estados obtuvieron alguna medalla este año y 5 estados concentraron todas las medallas de oro. Esto nos hace pensar que mientras algunos estados avanzan hacia mejores condiciones de vida y de trabajo otros aún faltan por dar ese paso.

Las entidades ganadoras en las categorías que mide el IMCO son:

  1. En derecho gana Yucatán por tener la menor tasa de homicidios del país y por tener el mayor porcentaje de población que se siente segura.
  2. En medio ambiente gana la CDMX por tener el mayor número de empresas con certificación verde y ser más eficiente en el uso de la energía.
  3. En sociedad gana la CDMX por tener ventajas en sectores educativos y de salud, además de tener la mayor inclusión de mujeres en el mercado laboral.
  4. En sistema político gana Colima por tener la menor incidencia de corrupción y avances importantes en materia legislativa.
  5. En gobierno gana Querétaro por tener el mejor aprovechamiento de los medios electrónicos para interactuar con los ciudadanos y derechos de propiedad claros.
  6. En mercado de factores gana Querétaro por ser el estado más atractivo para población foránea con educación superior y la menor brecha salarial.
  7. En economía gana la CDMX por tener la economía más diversificada, generar mayor proporción del PIB y tener el mayor PIB per cápita.
  8. En precursores fama la CDMX por tener la mayor penetración de servicios financieros y el mayor flujo de pasajeros aéreos.
  9. En relaciones internacionales gana Chihuahua por tener la mayor exportación de mercancías como porcentaje de su PIB y recibir fuertes sumas de inversión extranjera directa.

Es de especial relevancia la competitividad en tiempos de crisis porque le permite a los estados adaptarse y prepararse mejor ante la incertidumbre en la que viviremos los próximos meses.

El IMCO propone a los estados que hagan uso de sus responsabilidades fiscales, es decir que cobren impuestos estatales para poder avanzar en derechos. También que tomen control de la seguridad, educación y salud publica que ahora delegan en gran medida al gobierno federal y que abracen la libre competencia y eliminen prácticas de extorsión. Todo esto para tener estados más competitivos y que crezcan en favor de la ciudadanía. 

Para conocer más visitar https://imco.org.mx/indices/que-no-vuelva-a-pasar-estados-prevenidos-valen-por-dos/ 

Ganadores regionales

La guerra comercial entre Estados Unidos y China
probablemente tendrá como ganador a México, y es que las
tensiones comerciales entre ambos países no disminuyeron la
demanda de productos que se importaban de China hacia los
Estados Unidos, únicamente los volvieron más caros y, por
consiguiente, se ha vuelto más atractivo importarlos desde
México.


Similarmente ocurrirá con la situación actual, el comercio se
volverá más caro en la medida en la que los gobiernos
comiencen a intervenir más. Las tentaciones de intervenir en
el comercio están siempre presentes, muchas responden a la
economía política de sus países, lo cual lleva a los gobiernos a
tomar decisiones con fines electorales o políticos y no
meramente económicos, como es el ejemplo de los subsidios al
campo en Francia que se hacen para sostener al fuerte y
organizado gremio de trabajadores del campo y que
corresponden a una base electoral y social muy importante.


Sin embargo, recientemente hemos visto otro tipo de
intervención que responde a la situación de emergencia que
vivimos, las restricciones a las exportaciones de materiales y
equipo médico son consecuencia del miedo que existe a no
poder cubrir con la demanda local. Por el momento, las
restricciones se han limitado a estos productos, pero no
sabemos cuanto más puedan resistir las cadenas de suministro
de alimentos y de otros productos que, si comienzan a fallar o
algunos productos a escasear, traerán consigo una serie de
restricciones que siguen la misma lógica que tuvo la
restricción a las exportaciones de equipos médicos.


Por otro lado, las empresas comenzarán a repensar la
viabilidad y los beneficios de tener cadenas de producción
globales porque, como se dice popularmente, una cadena solo
es tan fuerte como su eslabón más débil y, eventualmente, se
pondrá en una balanza el retorno a las cosas tal como estaban
antes de la pandemia frente a los costos de no tener control
sobre los procesos de producción completos. Un viraje en las
posturas respecto al comercio internacional de los gobiernos
podría ser el punto de inflexión que lleve a las empresas a no
querer correr los riesgos, por lo que las empresas buscarán
minimizar la incertidumbre.


La oposición al libre comercio no es algo nuevo, pero si saldrá
reforzada de esta pandemia y es que los beneficios del
comercio son difíciles de sentir ya que se encuentran muy
dispersos, todos los habitantes de un país con libre comercio
se benefician de él, pero casi nunca lo notan. Sin embargo, las
pérdidas, que, a pesar de ser mucho menores a las ganancias,
existen, pero son más evidentes, ya que se concentran en
algunos sectores específicos.


Esta concentración de las pérdidas y dispersión de las
ganancias permite a algunos de los perdedores organizarse.
En este caso, habrá personas y sectores cuyas pérdidas no
necesariamente sean consecuencia del libre comercio, pero
podrían ser susceptibles de ser convencidos por las campañas
contra el libre comercio de que, precisamente, es el libre
comercio el enemigo a vencer.


Desde antes de la pandemia, comenzábamos a notar una
ralentización en el crecimiento del comercio y una postura
menos amigable en torno él. La guerra comercial de los
Estados Unidos con China es su ejemplo más reciente, de
igual forma, debemos recordar que una de las primeras
acciones de los Estados Unidos fue salirse del Acuerdo
Transpacífico de Cooperación Económica, en Europa vimos
el Brexit y a pesar de que se firmó un nuevo acuerdo comercial
en Norteamérica, además de modernizarse, también se
incluyeron cláusulas más restrictivas.


No son solo los acuerdos comerciales multilaterales y las
políticas comerciales se han visto diezmadas, la cooperación
multilateral se ha puesto a prueba. Los ya de por sí
insuficientes esfuerzos por combatir el calentamiento global,
tuvieron un fuerte tropiezo con la salida de Estados Unidos
del acuerdo de Paris. La cooperación internacional parece
estar pasando por sus peores momentos desde la década de los
noventa tras la caída del Muro de Berlín.


En este nuevo arreglo mundial, los acuerdos bilaterales
prevalecerán sobre los acuerdos multilaterales y la
cooperación global será sustituida por la cooperación
regional, en este sentido podrían salir nuevos competidores
que reten el estatus de las potencias actuales y serán aquellos
países que puedan adaptarse a esta nueva situación y puedan
sustituir llenar el hueco que dejan las cadenas de producción
globales.


Países como México en Norteamérica, Turquía en Europa,
Etiopía en África y Tailandia en Asia podrían ser grandes
ganadores, todos estos países habían logrado incrustarse en
las cadenas de producción globales, en esto tienen una ventaja
respecto a otros países y si pueden absorber mayor parte de los
procesos de producción, conseguirán establecerse como serios
contendientes regionales.


Los acuerdos bilaterales o regionales podrán ser benéficos
para algunos países que emergerán como nuevas potencias
regionales, sin embargo, problemas como el calentamiento
global, el terrorismo o una pandemia como la que
actualmente vivimos demandan cooperación global, será
interesante observar cómo se atacan estos problemas desde
esta nueva forma de organizar la cooperación.

Consideraciones sobre la deuda pública

De abril a junio de 2020, la deuda pública de los Estados Unidos aumentó en tres trillones de dólares. Esto es un tres seguido de doce ceros, $3,000,000,000,000, nunca antes en la historia se había visto un incremento en la deuda de tal magnitud en el mismo lapso de tiempo.

Hoy en día los economistas muestran una postura más favorable respecto a la deuda y creen que niveles mucho más altos de los antes preferidos no solo pueden ser estables, sino que pueden ser benéficos para las economías de ciertos países bajo ciertos supuestos.

Estos países y estos supuestos son aquellos países que pueden endeudarse a tasas cercanas a cero que, mientras mantengan una tasa de crecimiento mayor a la tasa de interés, podrán seguir endeudándose sin presión fiscal dado que su economía crece más rápido que su deuda.

Este balance es muy delicado y puede salirse de control si la tasa de interés supera al ritmo de crecimiento de los países y no es alcanzable para países como México cuya tasa de interés es mucho más elevada respecto a la de países como Estados Unidos o Alemania.

En este sentido, probablemente México tomó una decisión correcta al no seguir el camino del endeudamiento de sus contrapartes europeas o de Estados Unidos porque no contamos con las mismas condiciones que ellos.

Sin embargo, seguir el camino de la austeridad tampoco ha sido una decisión correcta para tiempos de crisis cuando la economía necesita un empuje, la experiencia reciente en Grecia y otros países endeudados que se decidieron por el mismo camino nos enseña que en tiempos de crisis la austeridad solo agrava el problema.

Es por eso que debemos recordar que la deuda es un instrumento, no perjudica o beneficia a un país por sí misma, depende de cada contexto y para que se destina.

En tiempos de crisis como los que vivimos actualmente se puede hacer uso medido de este instrumento para ayudar a minimizar el impacto de la pandemia, si se abusa pueden terminar pagándolo las siguientes generaciones, pero si se reniega, el daño puede ser igual de permanente.

Elecciones 2020

Desde 1932, ningún Presidente de los Estados Unidos ha perdido la reelección a menos que en su primer periodo haya habido una recesión. La economía es, por mucho, la mayor vara con la que se mide el desempeño de los presidentes norteamericanos y este año no será la excepción.

Con diferentes cosas en mente, pero los votantes de Trump y de Biden acudieron a las urnas el pasado martes con una mano en los bolsillos. Para los simpatizantes de Trump el tema más importante era la economía y para los de Biden era el coronavirus, sin saberlo ambos tenían en mente lo mismo, pero difieren en cómo atender el problema. La campaña demócrata se apegó estrictamente a lo que los epidemiólogos recomiendan, no hicieron eventos masivos y urgieron a las personas a votar por correo mientras que los republicanos optaron hacer caso omiso a las indicaciones y realizaron actos de campaña masivos acompañado de una retórica que pretendía minimizar la pandemia.

Se dice que en política forma es fondo y este caso no es la excepción. El actuar de los candidatos, más allá de los discursos de campaña, fue la más clara señal que mandaron a los votantes de cómo pretendían atender el tema que domina la agenda: el Covid-19. Trump optó por echar a andar la máquina diciendo que el costo económico es enorme y no sabemos cuándo terminará la pandemia, mientras que Biden abanderó la idea de que si las cosas se salen de control, el costo económico será aún más grande.

Al igual que hace 4 años, muchos estados se decidieron por unos miles de votos, pero algo fundamental cambió: el voto latino por Trump aumentó mientras que el voto demócrata ganó en los suburbios y ciudades. Esto nos da pie a pensar que Biden logró convencer a gente con mayor nivel educativo que el actuar de Trump en la pandemia les pareció imperdonable y que Trump pudo transmitir la urgencia por reactivar la economía a sectores socioeconómicos bajos aún por encima de sesgos ideológicos.

Ambos pugnaban por imponer su solución a una realidad que se les impuso, ambos quieren salir de la situación en la que se encuentra su país y ambos lamentarán no haber estado a la altura de la situación. Por un lado tenemos un presidente que no parece respetar las instituciones democráticas de su país y que se siente bastante cómodo enfrentando a los mismos ciudadanos para beneficiarse políticamente y por el otro, tenemos un partido al cual le faltaron dientes para defender los pilares de la política americana y que, a pesar de la necesidad, no se atrevieron a cuestionar al status quo.

Sin importar quien sea declarado presidente, el número de desempleados seguirá por los cielos, la economía no se recuperará por varios años y los más pobres sufrirán el mayor golpe, mientras que la desigualdad crece y al mismo tiempo lo harán los sentimientos que llevaron a la Casa Blanca a Trump en primer lugar.

Premio Nobel de Economía 2020

El Premio Nobel de Economía fue ganado por los economistas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por sus avances en la teoría de subastas e invención de nuevos formatos de subastas. La relevancia de sus aportaciones va mucho más allá del avance del conocimiento económico, tiene aplicaciones prácticas que pueden resolver enormes problemas para la sociedad.

Las subastas son un mecanismo de venta usado desde hace miles de años que en la actualidad se usa para cosas tan simples como vender la pesca del día hasta cosas tan complicadas como espectros radioeléctricos. También se usa para vender cosas sumamente valiosas como obras de arte o para cosas mundanas como maletas olvidadas en los aeropuertos.

El mecanismo de venta de las subastas consiste en un vendedor y muchos compradores que compiten entre sí para adjudicarse aquella cosa que se está vendiendo, la competencia se rige por una serie de reglas que traza los incentivos de los compradores y que, también, determina los ganadores.

La información disponible para los compradores es un elemento muy importante porque determina las valoraciones internas de los participantes sobre el objeto que se desea comprar. También entra en juego la psicología de todos los compradores y las percepciones sobre sus compradores para determinar la mejor estrategia de compra.

Las subastas son muy útiles porque sirven para resolver problemas prácticos y para adjudicar de manera más eficiente recursos, es decir, para que vayan a las manos de quienes más los valoran. Por ejemplo, en su trabajo, ambos economistas desarrollaron mecanismos para determinar los mecanismos de mercado para conectar donadores de riñón con quienes más lo necesitan.

Igualmente, trabajaron para la Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos para desarrollar un mecanismo de subasta para vender espectros de onda electromagnética que generó $617 millones de dólares para el gobierno estadounidense, con esto se evitó una transferencia de riqueza de la sociedad a los particulares y se llevaron los recursos a quienes más lo valoraban.

A grandes rasgos, el mecanismo desarrollado consiste en rondas, los participantes en la primera ronda pueden ofertar por todos los elementos en venta, en cada ronda se revela más información respecto al objeto vendido y en ese momento se puede actualizar o retirar la oferta.

Este mecanismo fue utilizado en México como parte de la Reforma de Telecomunicaciones del sexenio pasado para la venta del espectro radioeléctrico y que tuvo como resultado mayor competencia en las telecomunicaciones, una recaudación importante para el gobierno y una disminución en el precio que pagamos los consumidores.

Es un gran ejemplo de cómo se puede pasar de la teoría a la práctica para resolver problemas que tengan un impacto notable en la vida de las personas.

Maybe It is Time to Regulate Big Tech

We do not have an exact metric to determine when a company`s size starts to become a problem. Today, the biggest 5 companies in the S&P 500, Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet and Facebook account for more than 28% of the index weighting and more than 25% of s earnings, according to Goldman Sachs.

The US faced a similar scenario at the beginning of the century when Oil, Railroads, Steel and many other sectors were controlled by enormous companies, the resolution was to break the companies apart to benefit consumers and avoid rent seeking monopolies and predatory behavior.

Even after the breakup, many of the resulting companies still possessed an enormous amount of power, both economic and political. Take Exxon as an example, it was one of the emerging companies after The Standard Oil Company was broken up, which a t the time was the biggest company in the world.

Almost 100 years after it was born, Exxon was the biggest company in the world and also regarded as the most powerful unelected force by Steve Coll, the author of “Private Empire: ExxonMobil and American Power”, at the peak of its power in 2012, who also narrates how it helped steer US foreign policy and its influence on governments abroad.

Forward to 2020, Exxon was expelled of the Dow Jones index and now is worth less than Jeff Bezos, nobody could have predicted in 2012 that the demand for oil would suffer such a dramatic change. But as it happens in politics, in business, the void left by Exxon on government influence was quickly filled by todays tech giants.

Apple is an active player in US-China relations and has been an important intermediate for both governments; Facebook has recently been called out for its power to manipulate elections and for being fertile ground for extremist groups; Google has thousands of people in Washington ensuring regulations benefit them and Amazon has been many times accused for violating workers’ rights and for mismanagement of its client’s personal information.

All five of today’s biggest companies are in the spotlight, calls for a new regulatory framework that would limit the companies size and its influence are heard all over the press and academia. Maybe more important than its size, regulation should handle the way these companies interact with users, making privacy a priority, enforcing freedom of speech which includes banning racism, sexual content, and any networking for illicit activities and, finally, making it illegal to design software with the purpose of it being addictive.