Finanzas – Blog Momentum México

Inversiones en el día mundial de la Tierra

El día mundial de la Tierra transcurrió esta semana enmarcada con eventos diplomáticos y mercadotecnia verde que por un momento nos podría hacer pensar que las cosas avanzan en el sentido correcto. Sin embargo, del discurso a la realidad aún existe una brecha enorme que urge recortar.

En el sector financiero, la inversión verde y socialmente responsable, llamada ESG por sus siglas en inglés, ha estado en boca de todos. Se han creado fondos de inversión especializados en este aspecto, se han creado divisiones enteras dedicadas a promover la inversión responsable y todo esto se ha acompañado de enormes campañas mediáticas.

A pesar de los esfuerzos, pasar del discurso a la acción ha probado ser más complicado de lo que sería deseable. El ex director del área de sostenibilidad de BlackRock llamó las estrategias de inversión ESG una campaña de marketing y promesas artificiales.

Uno de sus argumentos principales era que los fondos ESG invertían en empresas muy contaminantes. Sin embargo, esta postura puede ser debatida ya que una manera de comprometer a estas empresas a tomar los cambios necesarios para que las empresas disminuyan su huella ambiental.

A favor de este punto, también se debe de considerar que evitar la inversión en empresas contaminantes aumentaría sus costos de capital lo cual, a su vez, disminuiría la probabilidad de que emprendan reformas en su modelo productivo que las convirtiera en empresas que cumplen con los estándares ambientales.

Los recursos, el discurso y la urgencia ya están a punto para completar una evolución en el mundo de las finanzas. En este punto, los fondos de inversión especializados jugarán un papel clave para liderar esta revolución tan necesaria para el planeta y el futuro de los negocios.

En este sentido, los mercados emergentes tienen la capacidad de ser el epicentro de las mejores prácticas por varias razones. La primera y más importante es la dependencia en recursos naturales de estas economías, otra razón es que serán las economías que más se verán afectadas por el cambio climático.

Estamos en un momento crítico para la historia, es momento para que desde todo los sectores y desde todas las industrias encaminemos nuestros esfuerzos para combatir este problema que nos concierne a todos. La disposición de capital que incorpore este pensamiento en su lógica podrá ser agente de cambio y piedra angular del mismo.

Estímulo en Estados Unidos

1.9 billones de dólares o USD $1,900,000,000,000.00 es la cifra del estímulo que se discute en Estados Unidos propuesto por el Presidente Joe Biden. Para dimensionar, el PIB de la economía mexicana en 2019 fue de aproximadamente 1.3 billones de dólares. 

La Secretaria del Tesoro y expresidente de la Reserva Federal, Janet Yellen defendió la cifra de 1.9 billones contra la propuesta de 0.618 billones del Partido Republicano. En una entrevista para CNBC el pasado 18 de febrero afirmó que los costos de hacer muy poco son mucho mayores a los un paquete ambicioso como le que proponen.

Pese a señales de una reactivación económica más pronta de lo que se había estimado, Yellen dijo que un paquete económico para encaminarnos a una recuperación completa. Dijo no estar preocupada por la inflación que podría causar porque a pesar de ser un riesgo, se mostró segura respecto a las herramientas que tiene la Fed para combatirla, en caso de que surja. 

El principal objetivo del estímulo es aliviar el golpe para millones de ciudadanos. Millones de negocios pequeños han cerrado, 15 millones tienen retrasos en sus rentas y más alarmante aún, 24 millones de adultos y 12 millones de niños no tienen el ingreso suficiente para poner comida en la mesa.

El impacto en la nación más rica y poderosa pone en perspectiva lo que se ha sufrido en el resto del mundo. Sin embargo, Estados Unidos tiene el poder de manejar su política monetaria con mucha más flexibilidad que el resto al ser el dólar la moneda de reserva global cuya demanda es bastante segura. 

Al igual que las noticias del estímulo anterior, los mercados financieros respondieron positivamente a las palabras de Janet Yellen. Algunos economistas creen que los estímulos no han causado inflación por las restricciones a la economía real que no han causado presión, pero que el alza en los precios de los activos si han reaccionado.

De cualquier manera, esperemos que la reactivación económica de Estados Unidos le de aliento a la economía mexicana y nos empuje a salir del hueco en el que nos encontramos. Solo el tiempo dirá si la decisión de no endeudarse del gobierno mexicano será positiva en comparación de otros países latinoamericanos que comienzan a sentir las presiones por la deuda.

El futuro de la agricultura sustentable

La agricultura es tan necesaria hoy como lo ha sido por toda la historia humana y al igual que sectores como transporte y energía está al borde de una revolución empujada por la nueva ola verde.

Es muy poco conocido el impacto que tiene esta actividad sobre nuestro planeta, pero los datos son alarmantes: la agricultura contribuye al 23% de las emisiones de gases con efecto invernadero generados por las personas y por si mismas, el cultivo de palma y soya junto con la cría de reses son responsables del 36% de la deforestación a nivel mundial.

Sin embargo, poca atención se dirige a este sector cuando se buscan aplicar medidas a favor del medio ambiente ya sea desde los gobiernos o desde el sector privado a través de inversiones responsables y discusión de mejores prácticas. En gran medida, la falta de atención se debe a la diversidad y complejidad del sector, además de falta de datos confiables y de no ser tan evidente su impacto.

Algunas de las soluciones que se han propuesto para evitar futuros daños del sector se concentran principalmente en evitar que se siga deforestando para avanzar la agricultura y, más importante aún, que se reforestan zonas invadidas por la agricultura.

También se ha pedido redirigir los subsidios que recibe el sector, evitar subsidios generalizados y concentrarlos en cultivos y cría que tengan el menor impacto, además de subsidios para la adopción de técnicas que no dañen al medio ambiente.

La adopción generalizada de técnicas en la agricultura no solamente beneficiaría al medio ambiente, también podría ayudar a aumentar la productividad y valor del sector inmensamente. Una mejor política pública respecto a la agricultura debe de venir acompañada de inversiones responsables del sector privado que privilegien el crecimiento sustentable y a largo plazo sobre ganancias inmediatas.

En México, los estados con mayor producción agroindustrial son los estados de Michoacán, Sinaloa, Jalisco, Chiapas, Sonora y Veracruz, en se orden. De estos 6, destacan en productividad Sinaloa Jalisco y Sonora que promedian 0.2 trabajadores por hectárea, mientras que Michoacán promedia 5 y Chiapas casi 1.

Esto se traduce a menores ingresos por trabajador y a un mayor impacto ambiental por el uso de técnicas anticuadas. Chiapas es el segundo productor de productos cánticos en nuestro país y la deforestación en ese estado ha sido enorme.

Sin duda la agricultura es un sector de enorme relevancia que no recibe la atención necesaria al momento de discutir temas medioambientales y de inversiones responsables, para poder tener resultados contundentes, debemos de tener un enfoque que abarque todos los aspectos de nuestra actividad humana.

Cuidado con la autonomía del Banco de México

El mandato del Banco de México es procurar la estabilidad de los precios, es decir, mantener la inflación alrededor de su meta del 3%, también, de manera indirecta facilitar el sano desarrollo del sistema financiero y ser pilar de la estabilidad macroeconómica del país.

Desde que México decidió por tener un Banco Central no subordinado a ningún autoridad gubernamental, la inflación se ha controlado de manera más eficaz y desde que se adoptó un régimen de objetos de inflación como marco para la conducción de la política monetaria del 3% en 2001, las fluctuaciones de la inflación han sido mínimas a comparación con las anteriores.

La independencia del Banco de México ha sido fundamental para lograr que se cumplan las metas inflacionarias, al igual que estar dotado de herramientas para instrumentar su política por los diferentes canales de transmisión de la política monetaria. Uno de ellos se encuentra en riesgo.

El proyecto de decreto de reformas a la Ley del Banco de México para que adquiera moneda extranjera en efectivo, aprobado por el Senado de la República vulnera la autonomía del Banco Central porque pretende obligarlo a comprar las reservas en exceso en dólares que los bancos comerciales no puedan regresar a los Estados Unidos.


Recordemos que existen límites en cuanto a las operaciones en dólares que se realizan en nuestro país, las restricciones están diseñadas para evitar que recursos ilícitos entren al sistema financiero y en general, constan de expedientes e identificaciones por parte de los bancos comerciales que reportan a la Secretaría de Hacienda de cualquier actividad inusual en alguna de sus cuentas.

Los dólares en efectivo después de pasar los controles son enviados de regreso a los Estados Unidos a través de contratos privados entre los bancos comerciales y empresas especializadas, de esta manera entran en las cuentas de los bancos comerciales de manera legal y son ellos mismos quienes incurren en los gastos y los riesgos de las operaciones.

Los bancos comerciales que no pueden realizar estos contratos para enviar efectivo a los Estados Unidos es porque se no tienen los controles necesarios para garantizar que los recursos no provienen de fuentes ilegales. Este no es el caso de la mayoría de los bancos que realizan estas operaciones de manera habitual y sin inconvenientes.

Los dólares en efectivo que circulan en nuestro país provienen del turismo, en parte de las remesas (únicamente el 1.5% de las remesas son en efectivo) y en su mayoría del narcotráfico, es por eso que los controles son tan importantes para evitar el lavado de dinero.

La autonomía del Banco de México se vería mermada por el hecho de que se le obligaría a comprar estos excedentes en efectivo. Esto podría tener grandes repercusiones, en primer lugar porque la decisión de si comprar o no dólares debería de recaer en las autoridades del Banco Central, no en una obligación y en segundo lugar porque podría comprometer las reservas internacionales de México.

Al obligar al Banco a comprar las dólares se le estaría obligando a mover reservas sin que éste pueda hacerlo conforme a sus objetivos y se perdería la capacidad de reacción de uno de sus instrumentos para ejercer su política monetaria. Hay que tener en mente que las reservas internacionales son un activo en el balance del Banco de México y que el efectivo es un pasivo y que cualquier movimiento del lado del activo (aumentar las reservas), tiene que tener un movimiento reciproco del lado del pasivo (más dinero).

Más grave aún es que se podría poner en riesgo el total de las reservas internacionales de México si se llega a sospechar que han entrado recursos de origen ilegal a ellas. La cuenta podría ser congelada y podríamos ser sujetos a sanciones internacionales. Las consecuencias para la estabilidad monetaria y para la economía mexicana podrían ser devastadoras.

Es muy grave lo que se pretende hacer desde el Senado para la estabilidad económica de nuestro país, manda señales poco alentadoras respecto al respeto a la autonomía del Banco Central y al entendimiento del sistema financiero global y las reglas que lo rigen. El Banco de México no debe de responder a ninguna autoridad gubernamental ni debe de ser usado como instrumento para incorporar recursos de dudosa procedencia al sistema financiero.

Premio Nobel de Economía 2020

El Premio Nobel de Economía fue ganado por los economistas Paul R. Milgrom y Robert B. Wilson por sus avances en la teoría de subastas e invención de nuevos formatos de subastas. La relevancia de sus aportaciones va mucho más allá del avance del conocimiento económico, tiene aplicaciones prácticas que pueden resolver enormes problemas para la sociedad.

Las subastas son un mecanismo de venta usado desde hace miles de años que en la actualidad se usa para cosas tan simples como vender la pesca del día hasta cosas tan complicadas como espectros radioeléctricos. También se usa para vender cosas sumamente valiosas como obras de arte o para cosas mundanas como maletas olvidadas en los aeropuertos.

El mecanismo de venta de las subastas consiste en un vendedor y muchos compradores que compiten entre sí para adjudicarse aquella cosa que se está vendiendo, la competencia se rige por una serie de reglas que traza los incentivos de los compradores y que, también, determina los ganadores.

La información disponible para los compradores es un elemento muy importante porque determina las valoraciones internas de los participantes sobre el objeto que se desea comprar. También entra en juego la psicología de todos los compradores y las percepciones sobre sus compradores para determinar la mejor estrategia de compra.

Las subastas son muy útiles porque sirven para resolver problemas prácticos y para adjudicar de manera más eficiente recursos, es decir, para que vayan a las manos de quienes más los valoran. Por ejemplo, en su trabajo, ambos economistas desarrollaron mecanismos para determinar los mecanismos de mercado para conectar donadores de riñón con quienes más lo necesitan.

Igualmente, trabajaron para la Comisión Federal de Comunicaciones en Estados Unidos para desarrollar un mecanismo de subasta para vender espectros de onda electromagnética que generó $617 millones de dólares para el gobierno estadounidense, con esto se evitó una transferencia de riqueza de la sociedad a los particulares y se llevaron los recursos a quienes más lo valoraban.

A grandes rasgos, el mecanismo desarrollado consiste en rondas, los participantes en la primera ronda pueden ofertar por todos los elementos en venta, en cada ronda se revela más información respecto al objeto vendido y en ese momento se puede actualizar o retirar la oferta.

Este mecanismo fue utilizado en México como parte de la Reforma de Telecomunicaciones del sexenio pasado para la venta del espectro radioeléctrico y que tuvo como resultado mayor competencia en las telecomunicaciones, una recaudación importante para el gobierno y una disminución en el precio que pagamos los consumidores.

Es un gran ejemplo de cómo se puede pasar de la teoría a la práctica para resolver problemas que tengan un impacto notable en la vida de las personas.

México tiene un problema de educación financiera

En México, 8 de cada 10 personas no ahorra, de ellos, el 30% prefiere ahorrar con tandas. 47% de los jóvenes no ahorra y solo una tercera parte de la población económicamente activa tiene educación financiera, según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera que publica la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en conjunto con el INEGI.

La falta de educacion financiera sumada a un bajo ahorro no solo afecta las fnanzas personales de los mexicanos, sino que también se traduce a una mala gestión para sus empresas. Ideas equivocadas respecto al crédito y una aversión desmedida hacia él no permiten que sea usado como instrmento de crecimiento.

En esta misma publicación, se sostiene que existe una correlación positiva entre el crédito y el nivel de ingreso. Esto puede sugerir dos cosas: la primera es que, en efecto, el crédito es una herramienta positiva y que hace crecer el nivel de ingreso de las personas o que solo las personas que conocen sus beneficios acceden a ellos.

Cualquiera que sea la vía por la cual el crédito mejora el ingreso de las personas no hay duda que una mayor penetración en las finanzas personales y empresariales de los mexicanos podría ayudar a que se genere riqueza, más gente podría comprar una casa con una hipoteca o expandir su negocio con un crédito empresarial, por ejemplo.

La falta de educación financiera también se traduce en un excesivo uso de efectivo, un mercado laboral informal enorme y pocas personas con cuenta de banco. Esto no solo limita las opciones de ahorro y castiga con la inflación, también se pierden enormes oportunidades de inversión y tasas de retorno que superan por mucho lo que se puede obtener en el mercado informal.

Para poder cambiar la cultura financiera de los mexicanos es necesario emprender un esfuerzo conjunto desde el sector privado con el sector público para bancarizar a millones de mexicanos e impartir educación financiera para hacer consciente e la gente del enorme costo de oportunidad que significa no ahorrar y no utilizar herramientas como el crédito o la inversión.

El problema de las pensiones en México

De 2009 a 2019, el gasto anual en pensiones en el Presupuesto de Egresos de la Federación se triplicó y llegó a ser más del 20% del Gasto Programable, estos números solo aumentarán en los próximos años. Previendo la inviabilidad del sistema de pensiones mexicano, se cambió la ley en 1997 para pasar a un sistema de cuentas individuales gestionado por las Afores, cambio insuficiente y que presenta sus propios problemas.

En números brutos, tenemos tres grupos: el primero son los mexicanos que no tendrán acceso a la seguridad social ni a una pensión que representa al 60% de la población, el segundo son aquellos que están afiliados al IMSS que representa el 30% de la población y el tercero son los afiliados al ISSTE, PEMEX o alguna otra institución del Estado.

Este último grupo recibe una pensión con solo 30 años de servicio, sin hacer alguna aportación y con el 100% de su último sueldo. Estas condiciones para el retiro son muy dispares respecto al sector privado y limitan significativamente las posibilidades de otorgar mayor apoyo o algún tipo de seguridad social al 60% que representa el primer grupo.

El segundo grupo se divide en dos, los sujetos a la ley del 73 y los sujetos a la ley del 97. Para los del 73, quien hace el pago de las pensiones es el Gobierno Federal y se calcula con base en el promedio salarial de los últimos años laborales con ciertos topes y requisitos, mientras que para los del 97, quien hace el pago es una institución privada, aseguradora o Afore y se calcula con base en las aportaciones individuales.

Este sistema de retiro tiene muchas deficiencias: en primer lugar, México es el país de la OCDE con aportaciones obligatorias más bajas, solo 6.5% que se compone de 1.125% de aportaciones del trabajador, 5.15% del empleador y 0.225% el gobierno, cifra muy por debajo del promedio de 15% de la OCDE; en segundo lugar, México es uno de los países con comisiones más caras, el doble del promedio de Chile, país a quien copiamos este modelo.

Se estima que un trabajador que gana $10,000 al mes recibirá el 26% de esto como pensión, es decir, que alrededor del 70% de los trabajadores mexicanos que ganan eso o menos obtendrán como máximo $2,600 mensuales mientras que los trabajadores del Estado recibirán muchos más beneficios.

Este escenario deja alrededor de 90% de la población vulnerable económicamente para su vejez, lo cual significa que la responsabilidad recaerá en sus hijos o familiares que, a su vez, impide la movilidad social y el acceso a una tercera edad digna y sin preocupaciones, al mismo tiempo que al 10% se le ofrecen beneficios que no vamos a poder pagar.

Es por eso que una reforma al sistema de pensiones está en orden, unificar todos los regímenes y distribuir los beneficios al mismo tiempo que se libera la carga fiscal para poder atender los problemas de nuestro país, la propuesta de la Asociación Mexicana de Actuarios reduciría el costo actual de las pensiones de más del 3% del PIB a 0.82%.

Lecciones Financieras en los Videojuegos

La idea de ver competencias profesionales de videojuegos parece ser algo ridículo. Para muchos, es imposible pensar que la gente se sentaría a ver cómo otras personas juegan videojuegos y, más aún, que existan carreras profesionales como jugadores, pero si lo analizamos con profundidad ¿Cuál es la gran diferencia con sentarnos a ver a alguien jugar fútbol o tenis?

La realidad es que el mercado de las competencias virtuales alcanzó en 2019 una valuación de mil millones de dólares y su popularidad aumenta a pasos agigantados. En 2017 un torneo de videojuegos llenó el Estadio Olímpico de Beijing y, en Estados Unidos, los boletos para estos torneos en arenas de la NBA y la NHL se agotan en cuestión de horas. Las bolsas que se reparten a los ganadores en los torneos más importantes supera el millón de dólares, premio que supera al de torneos establecidos como la Tour de France.

Esta industria ha pasado mucho tiempo por abajo del radar, pero inversionistas comienzan a notar su potencial de crecimiento. Clubes deportivos tradicionales como el Arsenal, los New York Mets, los Patriotas, Paris Saint-Germain y Schalke 04 han dado un paso al frente y ahora poseen equipos en las ligas profesionales de los llamados “E-sports”. Estos equipos se están adelantando a las preferencias de las audiencias más jóvenes y adaptándose a lo que será un mundo cada vez más digitalizado; y hace sentido, una generación que creció jugando videojuegos desarrollará una gran afición por estos, de manera similar a lo que hicieron las generaciones anteriores que crecieron jugando fútbol, basquetbol o golf.

Pero los E-sports son solo la punta del iceberg. En el mundo, el mercado de jugadores consta de 2.5 mil millones de personas que, en 2019, gastaron más de 150 mil millones de dólares y algunos analistas esperan que sea el doble para el año 2025. Eso es más que las industrias del cine y la música combinadas y un crecimiento muy superior. Los Videojuegos son el centro del mundo del entretenimiento, pero a nadie parece importante prestarles la atención que merecen.

Su tendencia de crecimiento sostenido da señales de solidez a largo plazo por varios motivos, uno de ellos es que es innegable que la participación y competencia en este tipo de juegos, en línea, nos permite generar interacciones a distancia con nuestros amigos, nuestra familia y, desde luego, con los otros; con aquellos que compartimos intereses afines. Nos acerca y nos hace pertenecer, tal como lo hacen los deportes que practicamos presencialmente. Adicionalmente, la penetración del internet permitirá a millones de personas tener acceso a estos productos en los próximos años, especialmente juegos en dispositivos móviles, a los cuales cada vez más personas en África y la India tienen acceso, y que serán la nueva oleada de jugadores que inundará las redes. Otra de las ventajas que tiene la industria, es que no depende de inventarios físicos ni de canales de distribución tradicionales, ya que las ventas casi completamente digitales y los modelos de negocios que priman las subscripciones y las compras virtuales, dentro de los juegos, han probado ser altamente rentables.

El mayor reto que se le ha presentado al sector para crecer, aún más, es la falta de eco en los medios de comunicación tradicionales y, por el momento, una mala imagen en la percepción de algunas generaciones que aún desconocen la industria. A pesar de lo anterior, un obstáculo que parece haber sorteado, excepcionalmente bien, es la actual pandemia. El número de jugadores aumentó, y el gasto dentro de sus plataformas creció aún más; sin duda, esto es señal de su capacidad para adaptarse a un mundo cada vez más digitalizado y, en el cual, romper esquemas es la nueva normalidad.

Desde antes de la crisis sanitaria, la industria de los videojuegos, así como la de telecomunicaciones y de trabajo en equipo a distancia; esta última representada sobre todo por plataformas como Zoom, Google Meet, Microsoft Teams y otras que muchos hemos comenzado a conocer en esta nueva realidad, habían estado creciendo a grandes pasos. Esto, no solo porque permitieron que las personas se interconectaran de manera natural en un espacio virtual; sino además porque, como se señaló, sus costos son diametralmente menores respecto de las empresas que cuentan con inventarios físicos, pagos de renta de inmuebles en ubicaciones costosas o que dependen de canales de distribución tradicionales, entre otros.

El análisis financiero de este fenómeno nos deja grandes lecciones. La primera, como es evidente, es que vale la pena invertir en tecnología. La tecnología genera mejores retornos a largo plazo pues trae consigo ahorros en capital humano principalmente tratándose de tareas mecánicas o repetitivas, así como en la ocupación de espacios físicos; y permite que el talento de las personas se potencialice para concentrarse en aquellas actividades que requieren creatividad, sensibilidad o incluso sentido común, los cuales únicamente los seres humanos podemos aportar.

Asimismo, que este tipo de plataformas que nos permiten jugar, interactuar y trabajar a distancia, nos han hecho ver que en ocasiones no es esencial que las personas estén en el mismo lugar para poder relacionarse, divertirse y ser productivos. Desde luego, hay muchas pequeñas interacciones que estas plataformas aún no son capaces de reemplazar y que se deben fomentar en los lugares de trabajo para obtener los mejores resultados (v.g. diálogos en privado, camaradería, contacto, percepción de lenguaje corporal, entre otros); sin embargo, nos pone en perspectiva distintas oportunidades que las empresas tienen para generen ahorros en renta de espacios, energía, transporte, e insumos, entre otros, al mismo tiempo que les permite que su personal cuente con una mejor calidad de vida y, por tanto, sea más productivo y leal a la empresa.

Existen decenas de compañías de videojuegos y plataformas en las cuales se puede invertir, muchas de ellas presentan perfiles muy atractivos ya que comienzan a incursionar en el mundo de la inteligencia artificial, telecomunicaciones, fintech y una serie de servicios digitales con la misión de convertirse en punta de lanza en lo que respecta a entretenimiento y la fusión cada vez más latente de la vida digital con el mundo exterior. Viendo a futuro, es una oportunidad que no debemos permitir que nos pase por abajo del radar.

Ganadores del nuevo orden comercial

La guerra comercial entre Estados Unidos y China probablemente tendrá como ganador a México, y es que las tensiones comerciales entre ambos países no disminuyeron la demanda de productos que se importaban de China hacia los Estados Unidos, únicamente los volvieron más caros y, por consiguiente, se ha vuelto más atractivo importarlos desde México.

Similarmente ocurrirá con la situación actual, el comercio se volverá más caro en la medida en la que los gobiernos comiencen a intervenir más. Las tentaciones de intervenir en el comercio están siempre presentes, muchas responden a la economía política de sus países, lo cual lleva a los gobiernos a tomar decisiones con fines electorales o políticos y no meramente económicos, como es el ejemplo de los subsidios al campo en Francia que se hacen para sostener al fuerte y organizado gremio de trabajadores del campo y que corresponden a una base electoral y social muy importante.

Sin embargo, recientemente hemos visto otro tipo de intervención que responde a la situación de emergencia que vivimos, las restricciones a las exportaciones de materiales y equipo médico son consecuencia del miedo que existe a no poder cubrir con la demanda local. Por el momento, las restricciones se han limitado a estos productos, pero no sabemos cuanto más puedan resistir las cadenas de suministro de alimentos y de otros productos que, si comienzan a fallar o algunos productos a escasear, traerán consigo una serie de restricciones que siguen la misma lógica que tuvo la restricción a las exportaciones de equipos médicos.

Por otro lado, las empresas comenzarán a repensar la viabilidad y los beneficios de tener cadenas de producción globales porque, como se dice popularmente, una cadena solo es tan fuerte como su eslabón más débil y, eventualmente, se pondrá en una balanza el retorno a las cosas tal como estaban antes de la pandemia frente a los costos de no tener control sobre los procesos de producción completos. Un viraje en las posturas respecto al comercio internacional de los gobiernos podría ser el punto de inflexión que lleve a las empresas a no querer correr los riesgos, por lo que las empresas buscarán minimizar la incertidumbre.

La oposición al libre comercio no es algo nuevo, pero si saldrá reforzada de esta pandemia y es que los beneficios del comercio son difíciles de sentir ya que se encuentran muy dispersos, todos los habitantes de un país con libre comercio se benefician de él, pero casi nunca lo notan. Sin embargo, las pérdidas, que, a pesar de ser mucho menores a las ganancias, existen, pero son más evidentes, ya que se concentran en algunos sectores específicos.

Esta concentración de las pérdidas y dispersión de las ganancias permite a algunos de los perdedores organizarse. En este caso, habrá personas y sectores cuyas pérdidas no necesariamente sean consecuencia del libre comercio, pero podrían ser susceptibles de ser convencidos por las campañas contra el libre comercio de que, precisamente, es el libre comercio el enemigo a vencer.

Desde antes de la pandemia, comenzábamos a notar una ralentización en el crecimiento del comercio y una postura menos amigable en torno él. La guerra comercial de los Estados Unidos con China es su ejemplo más reciente, de igual forma, debemos recordar que una de las primeras acciones de los Estados Unidos fue salirse del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica, en Europa vimos el Brexit y a pesar de que se firmó un nuevo acuerdo comercial en Norteamérica, además de modernizarse, también se incluyeron clausulas más restrictivas.

No son solo los acuerdos comerciales multilaterales y las políticas comerciales se han visto diezmadas, la cooperación multilateral se ha puesto a prueba. Los ya de por sí insuficientes esfuerzos por combatir el calentamiento global, tuvieron un fuerte tropiezo con la salida de Estados Unidos del acuerdo de Paris. La cooperación internacional parece estar pasando por sus peores momentos desde la década de los noventa tras la caída del Muro de Berlín.

En este nuevo arreglo mundial, los acuerdos bilaterales prevalecerán sobre los acuerdos multilaterales y la cooperación global será sustituida por la cooperación regional, en este sentido podrían salir nuevos competidores que reten el estatus de las potencias actuales y serán aquellos países que puedan adaptarse a esta nueva situación y puedan sustituir llenar el hueco que dejen las cadenas de producción globales.

Países como México en Norteamérica, Turquía en Europa, Etiopía en África y Tailandia en Asía podrían ser grandes ganadores, todos estos países habían logrado incrustarse en las cadenas de producción globales, en esto tienen una ventaja respecto a otros países y si pueden absorber mayor parte de los procesos de producción, conseguirán establecerse como serios contendientes regionales.

Los acuerdos bilaterales o regionales podrán ser benéficos para algunos países que emergerán como nuevas potencias regionales, sin embargo, problemas como el calentamiento global, el terrorismo o una pandemia como la que actualmente vivimos demandan cooperación global, será interesante observar cómo se atacan estos problemas desde esta nueva forma de organizar la cooperación.

Pemex y la importancia de mantener la confianza.

La piedra angular sobre la cual descansa la economía hoy en día es la confianza. Desde las transacciones más pequeñas a las más grandes, desde individuos que confían en el entorno para comprar un automóvil o una lavadora a plazos, pasando por empresas que invierten en capital productivo porque confían en las leyes que protegen su inversión y en la situación económica, hasta los gobiernos que se endeudan porque confían en que podrán pagar lo pedido en el futuro y aquellos que les prestan confían en que así lo harán. Si eliminamos la confianza de estas transacciones, tenemos como resultado individuos que no consumen más allá de lo estrictamente necesario, empresas que no invierten o que llevan su dinero a lugares más seguros y gobiernos que piden prestado a tasas altísimas y fuga de capitales.

La confianza es una idea, un concepto, no es algo que podamos identificar claramente, es por eso que se buscan señales para reconocerla y maneras de cuantificar y categorizarla. Ahí entran las agencias calificadoras que, en síntesis, lo que buscan es traducir el concepto abstracto de confianza en algo fácil de entender y de utilizar. Le dan una calificación al riesgo de crédito de los países o de empresas y esta calificación se construye concatenando varios elementos que erigen la confianza como: entorno legal, capacidad de pago, voluntad de pago, regulación, corrupción, política, vulnerabilidad ante una crisis internacional, entre muchos otros. 

En el caso de México y de Pemex, las últimas noticias respecto sus calificaciones crediticias no han sido alentadoras. Para México algunas calificaciones han disminuido, pero se mantienen dentro de buen rango, mientras que, para Pemex, desafortunadamente la situación comienza a verse muy negativa. La reciente noticia de la pérdida de grado de inversión que le atribuyó Fitch a la deuda de Pemex es preocupante en sí misma, pero a esto se le debe sumar que para Moody´s, la deuda solo se encuentra un escalón arriba y para S&P dos, y no sorprendería que pronto la revisaran a la baja.

Una de las implicaciones para Pemex ante una baja en la calificación, es que probablemente se encontraría ante una situación similar la de Petrobras en 2015 cuando 41 mil millones de dólares de sus bonos fueron clasificados como chatarra y su costo financiero aumentó de 1.6 mil millones de dólares a 8.8. Sin embargo, en el caso de Pemex hay factores que podrían agravar este panorama, ya que la situación financiera de Pemex es hoy más débil, con una deuda que asciende casi a los 100 mil millones de dólares y pérdidas netas de cerca de 35 mil millones de dólares en 2019.

Muchos analistas señalan que, si se analizara únicamente a Pemex ésta no debería de tener la calificación que actualmente posee, debería ser inferior, pero se asume que la deuda de Pemex es la deuda de México, aunque formalmente no esté establecida como tal. Aunque Pemex es una empresa productiva del estado que, en papel, es autónoma, y por tanto no faltarán voces que aleguen que el gobierno mexicano no está obligado a asumir la deuda, la realidad es que no cumplir con las obligaciones financieras de Pemex, pondría un severo estrés en la calificación misma de la deuda mexicana porque podría levantar serias sospechas sobre la confiabilidad de pago de esta. Es por esto por lo que la situación de Pemex nos concierne a todos. Una caída en la confianza de la empresa traería serias consecuencias sobre la economía nacional y podría inclusive contar entre los perjudicados a los fondos de pensiones de países como Estados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra y Alemania, que tienen fuertes inversiones en Pemex.

Ahora ¿Qué podemos hacer para evitar ese potencial escenario? Lo primero es hacer un análisis honesto, serio y objetivo, alejado de filias o fobias políticas, que nos permita ver con claridad cuál es la situación real de la empresa. Debemos hacer un análisis con base en datos duros y confiables, así como proyecciones financieras metódicas que nos permitan ver cuáles siguen siendo las fortalezas de la empresa y el valor en el futuro del petróleo. Sería un error declarar acabada a la empresa o a la industria petrolera mexicana sin antes hacer los ajustes necesarios para hacerla más eficiente. A pesar de los precios tan bajos del petróleo que hoy estamos viendo, las decisiones del Estado mexicano respecto de la empresa deben tomarse con una visión estratégica que equilibre la situación financiera actual con un horizonte a largo plazo. En otras palabras, Pemex debe poder identificar si el valor del petróleo se espera que continúe bajo en el largo plazo o si estos precios solo son producto de la situación completamente extraordinaria que estamos viviendo y con base en un análisis responsable, actuar en consecuencia.

De igual forma, el gobierno federal puede aprovechar el capital político con el que cuenta para eliminar las ineficiencias que ha arrastrado la empresa. Puede reconfigurar al sindicato petrolero para que éste permita una operación más eficiente, eliminar prácticas corruptas en la asignación de contratos, así como evitar el robo y merma del petróleo y los combustibles. Asimismo, gracias a la globalización, hoy se pueden contratar asesores con amplia experiencia en logística, automatización y cadenas de suministro a nivel mundial; así como sistemas informáticos que han probado ser grandes herramientas para optimizar los procesos operativos de las industrias y transparentar la información, generando grandes ahorros. México podría invertir en estos cambios que, si bien no serán inmediatos ni fáciles de ejecutar, son necesarios para que Pemex pueda convertirse nuevamente en un activo en beneficio de los mexicanos.

Estas acciones son difíciles de ejecutar y requieren un alto grado de responsabilidad de los distintos actores públicos, pero el mantener la confianza de los inversionistas locales e internacionales en Pemex es indispensable para que México pueda mantener y, de hecho, aumentar el nivel de inversión, precisamente ahora que la crisis sanitaria quizá cambie fundamentalmente la economía de algunos de los países del mundo. A pesar de que es innegable que se han cometido errores en su administración, también es innegable que Pemex representa el esfuerzo de muchos mexicanos visionarios que durante muchos años generaron la confianza con la que hoy se mantiene la empresa y el país. No tomar las acciones responsables y enviar los mensajes adecuados, nos pueden poner en la posición de perder toda esta confianza ganada en cuestión de meses.

Una crisis siempre viene seguida de una ola de innovación y cambios que surgen de la necesidad de optimizar los recursos y de la falta de oportunidades, hace que se creen nuevas y mejores formas de producir, entretenernos, comunicarnos o estudiar. La cooperación a distancia está probando su efectividad y la crisis actual del petróleo, que ha puesto en evidencia, ahora más que nunca, que nuestra economía podría quedar a mereced de la decisión de otros actores mundiales sobre los cuales no tenemos control alguno, también debe ser un parteaguas para comenzar a diversificar los ingresos del Estado Mexicano. Debemos además tener una mirada hacia un futuro más verde en donde los combustibles fósiles serán sustituidos en muchas industrias. Claro que el escenario actual quizá no premie el optimismo, pero aquellos que puedan ver más allá y encontrar una manera de salir fortalecidos, recibirán en sus manos los frutos de sus esfuerzos, en un mundo que tendrá nuevos paradigmas que apenas algunos podrán prever.