Blog Momentum México – Página 4

Banco de México sobre el 2021

El día de ayer, salió al público la minuta sobre la reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el pasado 24 de septiembre. La resolución de esta junta fue reducir en 25 puntos base en objetivo de Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 4.25%.

Para tomar esta decisión, los miembros de la Junta analizan el entorno económico nacional para poder tomar una decisión con base en el momento que se vive. Dentro de esta discusión, llama la atención la preocupación que muestran por el entorno macroeconómico y financiero del país.

Destacan la apreciación del tipo de cambio que, a pesar de ser una de las monedas emergentes que más se ha apreciado, la posición cambiaria neta es negativa y el acumulado anual de los flujos a instrumentos de renta fija sigue siendo negativo por más de 14 mil millones de dólares. También destacaron que el riesgo soberano mejoro ligeramente y que el mercado bursátil nacional disminuyó en línea con la tendencia global.

Resaltó la mayoría que la situación de las finanzas públicas constituía un factor de riesgo por varios motivos. El primero, es la deuda, que pasará a 54.7% del PIB aumentando de 44.8% y los requerimientos financieros de la deuda de 2.3% a 4.7%; el segundo, es que el paquete económico para 2021 es una continuación de los dos años anteriores donde preocupa el manejo austero de las finanzas públicas y la orientación a los programas prioritarios.

El tercer motivo, es el pequeño aumento en el presupuesto de salud que será insuficiente en la coyuntura actual y la caída en la inversión pública a su nivel más bajo en 20 años; y, el cuarto, es el agotamiento de los recursos del fondo de estabilización para 2021 y que los supuestos sobre los cuales se basa el paquete económico no podrán cumplirse como los objetivos de producción petrolera.

Respecto al último punto, se mostró mucha preocupación respecto a la situación de PEMEX, muchos prevén que necesite apoyos fiscales adicionales y que la posibilidad de un recorte en la calificación de la petrolera podrían afectar las finanzas públicas. Lo que más preocupó fue la ausencia de un plan o una solución a largo plazo para los problemas de PEMEX.

Finalmente, la mayoría de los Gobernadores de la Junta subrayaron que existe un entorno poco propicio para la inversión privada, señalaron plantones, tomas de infraestructura ferroviaria y carretera, robo de combustible y el aumento en la inseguridad como factores que desalientan la inversión privada que es necesaria para mantener un crecimiento sostenido.

Importante también, la falta de apoyo fiscal para mitigar los daños a largo plazo en el aparato productivo, en especial en las pequeñas y medianas empresas. En general, parece preocuparles el futuro próximo de la economía mexicana, mucho estrés en las finanzas públicas para el próximo año y sugieren una reorientación del gasto.

El crédito como regulador

La idea que subyace, a grandes rasgos, al crédito es la expectativa de que el mañana será mejor que el presente, que las empresas o los individuos tendrán más dinero y podrán pagar el crédito más los intereses. Por eso, la dirección del crédito nos puede dar señales sobre lo que se espera de los años por venir y una lectura del momento que se vive.

El crédito al consumo presentaba una tasa de crecimiento cada vez menor, pero la pandemia se encargó de llevar a las a cifras números negativos, cercanos a un -9% en variación anual real. Por otro lado, el crédito para la actividad empresarial se encontraba, al igual que el crédito al consumo, con un crecimiento cada vez menor, contrastando con el crédito al consumo ya que pasaba de un crecimiento del 10% anual en 2018 a apenas rebasar el 1% antes de la pandemia.

La diferencia es que el crédito a la actividad empresarial tuvo un repunte estrepitoso, de más del 12% en variación anual real, durante el inicio de la pandemia. Esto se explica en gran medida a la falta de apoyos por parte del gobierno que obligaron a los empresarios a recurrir a financiamiento bancario para mantener su negocio a flote.

Las últimas cifras respecto al crédito empresarial muestran que en julio regresaron a un 4% de crecimiento anual real, lo que significa que la necesidad de financiamiento ha disminuido y que conforme se retoman las actividades, los negocios comienzan a tener flujo y no recurren al crédito para mantener las operaciones.

Otro dato importante respecto al crédito es el índice de morosidad, lo primero que pensaron muchos analistas sería que este índice se elevaría mucho durante la pandemia y no fue así. Respecto a Julio de 2018, disminuyó de 4.4% a 3.8% en cuanto a crédito al consumo y de 1.7% a 1.6% en cuanto a crédito a actividad empresarial.

Para el crédito al consumo, gran parte de esta caída se debe a la reducción importante de créditos otorgados que, evidentemente, comienzan por aquellos de mayor riesgo y, en cuanto al crédito empresarial, mucho se debe a las facilidades de pago y extensiones que ofrecieron muchos bancos que dieron periodos de gracia a los empresarios.

La dirección del crédito previo a la pandemia no auguraba un buen escenario para la economía mexicana, menor crédito al consumo significaba que las personas no veían una posibilidad de comprar bienes duraderos como refrigeradores y automóviles en los próximos años y menos crédito empresarial significaba menor inversión y mayor sensación de riesgo en la economía.

Por lo pronto, estas señales se difuminan ante una crisis económica global, no significa que dejen de estar latentes estos pronósticos, simplemente se antepuso una situación mucho más grave a la cual se tuvo que hacer frente de manera urgente.

Ante este escenario, nuevamente el crédito sirvió como gran regulador. Limitó el consumo de quienes no tenían posibilidades de pagarlo en este momento y ayudó a quienes necesitaban de efectivo para no cerrar negocios, en este sentido fue un excelente nivelador y llevó recursos a las manos de quienes más los necesitaban en este momento.

Comercio internacional resiliente

En marzo de este año, las expectativas para el comercio internacional eran poco alentadoras. Muchos analistas una caída de más del 30% comparado con el 2019, sin embargo, el mes de junio vió el mayor aumento de un mes a otro en la historia y ahora las estimaciones predicen una caída de alrededor del 10%.

Esto puede darnos algo de esperanza y más si tomamos en cuenta lo que señala el artículo de The Economist del 12 de septiembre en su artíulo «Global Trade, Down but not out» que señala cómo el comercio internacional tras la crisis de 2009 cayó 13% cuando el PIB global solo cayó 0.1% y ahora con una caída 50 veces mayor, de 4.9% en el PIB global, se estima una menor caída en el comercio que en 2009.

Probablemente esta nueva resistencia que muestra el comercio internacional se deba a dos factores principales: el primero es la naturaleza de la crisis y el segundo es la mayor interconexión que tienen las economías respecto a las que existían en 2009.

La crisis actual indujo a una demanda de productos como equipos de computo, materiales médicos y más importante aún, maquinaria y bienes de capital en productos industrializados como respuesta a el cese en las actividades en países como China. Esta demanda de productos mantuvo a flote el comercio internacional y probablemente cambie la dinámica del comercio en los próximos años ya que grandes partes de las cadenas de suministro globales fueron repatriadas.

De igual manera, una mayor dependencia de prácticamente todos los países en las cadenas de producción y suministro globales impidieron que parara el comercio internacional porque simplemente no es viable, productos y servicios que son necesarios para el funcionamiento de las economías no podían disminuir su flujo más de lo que lo hicieron sin causar serios daños en las vidas de millones de personas.

Esta noticia debe de darnos esperanza en el futuro ya que esta increíble red de comercio internacional que, como especie global y a pesar de la resistencia de muchos, hemos construido a lo largo de varias décadas ha probado ser una red de protección y ayuda mutua entre las naciones y fuente de prosperidad para muchos.

México tiene un problema de educación financiera

En México, 8 de cada 10 personas no ahorra, de ellos, el 30% prefiere ahorrar con tandas. 47% de los jóvenes no ahorra y solo una tercera parte de la población económicamente activa tiene educación financiera, según la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera que publica la Comisión Nacional Bancaria y de Valores en conjunto con el INEGI.

La falta de educacion financiera sumada a un bajo ahorro no solo afecta las fnanzas personales de los mexicanos, sino que también se traduce a una mala gestión para sus empresas. Ideas equivocadas respecto al crédito y una aversión desmedida hacia él no permiten que sea usado como instrmento de crecimiento.

En esta misma publicación, se sostiene que existe una correlación positiva entre el crédito y el nivel de ingreso. Esto puede sugerir dos cosas: la primera es que, en efecto, el crédito es una herramienta positiva y que hace crecer el nivel de ingreso de las personas o que solo las personas que conocen sus beneficios acceden a ellos.

Cualquiera que sea la vía por la cual el crédito mejora el ingreso de las personas no hay duda que una mayor penetración en las finanzas personales y empresariales de los mexicanos podría ayudar a que se genere riqueza, más gente podría comprar una casa con una hipoteca o expandir su negocio con un crédito empresarial, por ejemplo.

La falta de educación financiera también se traduce en un excesivo uso de efectivo, un mercado laboral informal enorme y pocas personas con cuenta de banco. Esto no solo limita las opciones de ahorro y castiga con la inflación, también se pierden enormes oportunidades de inversión y tasas de retorno que superan por mucho lo que se puede obtener en el mercado informal.

Para poder cambiar la cultura financiera de los mexicanos es necesario emprender un esfuerzo conjunto desde el sector privado con el sector público para bancarizar a millones de mexicanos e impartir educación financiera para hacer consciente e la gente del enorme costo de oportunidad que significa no ahorrar y no utilizar herramientas como el crédito o la inversión.

La minería está en todos lados

Si volteamos a nuestro alrededor seguramente encontraremos algún metal o mineral en cada objeto que nos rodea. Seguramente, también, cada objeto a nuestro alrededor fue fabricado, transportado, almacenado y comprado con maquinaria, vehículos, almacenes y billetes que a su vez fueron fabricados, transportados, almacenados y comprados con objetos que contienen metales y minerales.

La pasta de dientes contiene flúor, nuestros celulares cobre, silicio, grafito, manganita, y oro. La dolomita puede ser encontrada en nuestras medicinas y en el maquillaje, la sal en los detergentes y la hemetita en las latas de refresco y automóviles. Todos estos metales y minerales son extraídos por empresas mineras y son esenciales para los procesos de prácticamente todas las otras industrias.

Es por eso que la industria minera es de vital importancia para la economía, todos de alguna manera u otra dependemos de ella para poder consumir o producir todos los bienes y servicios que queramos. Su interconexión con todos los sectores de la economía la vuelve sensible a cambios en la demanda, como ocurrió a principios de este año con el desplome de los metales industriales, pero al mismo tiempo hemos visto una alza significativa en los metales preciosos como reserva de valor y es que la industria minera tiene una diversificación enorme dentro de sí, lo que afecta a los metales industriales puede beneficiar a los metales preciosos.

A pesar de que la industria sufra algunos choques en la demanda, nunca, o por lo menos en el futuro mediano, dejará de existir y sus productos, dada su intrínseca relación con prácticamente todo, seguirán siendo extraídos de la tierra. Es por esto que en México, la industria minera es de las pocas que ha sobrellevado bien la actual crisis, siento la segunda industria que más ha crecido en lo que va del año.

También es la quinta industria que mayor aportación hace al PIB y una de las industrias que más recursos fiscales otorga a la Federación. Sin embargo, a pesar de su importancia y peso, es un sector que normalmente ahuyenta a los inversionistas por ser considerada contaminante o corrupta, cuando en realidad es de los sectores con mayor escrutinio en cuanto a políticas sociales y ambientales, además de poder añadir mucho valor en el portafolio de muchos inversionistas que buscan diversificar y obtener retornos atractivos.

El problema de las pensiones en México

De 2009 a 2019, el gasto anual en pensiones en el Presupuesto de Egresos de la Federación se triplicó y llegó a ser más del 20% del Gasto Programable, estos números solo aumentarán en los próximos años. Previendo la inviabilidad del sistema de pensiones mexicano, se cambió la ley en 1997 para pasar a un sistema de cuentas individuales gestionado por las Afores, cambio insuficiente y que presenta sus propios problemas.

En números brutos, tenemos tres grupos: el primero son los mexicanos que no tendrán acceso a la seguridad social ni a una pensión que representa al 60% de la población, el segundo son aquellos que están afiliados al IMSS que representa el 30% de la población y el tercero son los afiliados al ISSTE, PEMEX o alguna otra institución del Estado.

Este último grupo recibe una pensión con solo 30 años de servicio, sin hacer alguna aportación y con el 100% de su último sueldo. Estas condiciones para el retiro son muy dispares respecto al sector privado y limitan significativamente las posibilidades de otorgar mayor apoyo o algún tipo de seguridad social al 60% que representa el primer grupo.

El segundo grupo se divide en dos, los sujetos a la ley del 73 y los sujetos a la ley del 97. Para los del 73, quien hace el pago de las pensiones es el Gobierno Federal y se calcula con base en el promedio salarial de los últimos años laborales con ciertos topes y requisitos, mientras que para los del 97, quien hace el pago es una institución privada, aseguradora o Afore y se calcula con base en las aportaciones individuales.

Este sistema de retiro tiene muchas deficiencias: en primer lugar, México es el país de la OCDE con aportaciones obligatorias más bajas, solo 6.5% que se compone de 1.125% de aportaciones del trabajador, 5.15% del empleador y 0.225% el gobierno, cifra muy por debajo del promedio de 15% de la OCDE; en segundo lugar, México es uno de los países con comisiones más caras, el doble del promedio de Chile, país a quien copiamos este modelo.

Se estima que un trabajador que gana $10,000 al mes recibirá el 26% de esto como pensión, es decir, que alrededor del 70% de los trabajadores mexicanos que ganan eso o menos obtendrán como máximo $2,600 mensuales mientras que los trabajadores del Estado recibirán muchos más beneficios.

Este escenario deja alrededor de 90% de la población vulnerable económicamente para su vejez, lo cual significa que la responsabilidad recaerá en sus hijos o familiares que, a su vez, impide la movilidad social y el acceso a una tercera edad digna y sin preocupaciones, al mismo tiempo que al 10% se le ofrecen beneficios que no vamos a poder pagar.

Es por eso que una reforma al sistema de pensiones está en orden, unificar todos los regímenes y distribuir los beneficios al mismo tiempo que se libera la carga fiscal para poder atender los problemas de nuestro país, la propuesta de la Asociación Mexicana de Actuarios reduciría el costo actual de las pensiones de más del 3% del PIB a 0.82%.

La próxima crisis de salud

La pandemia del COVID-19 será recordada como un evento histórico que llegó para cambiar cientos de cosas que dábamos por ciertas y cuyas consecuencias apenas podemos vislumbrar. El efecto en la economía fue el primero en hacerse notar, pero probablemente los efectos en la salud mental sean los últimos y menos los atendidos una vez que comencemos a salir al mundo nuevamente.

A las personas nos gusta tener cierto grado de certidumbre en el futuro y nos aterra lo desconocido, somos criaturas de rutina aunque normalmente la transitamos con tanta naturalidad que no nos damos cuenta lo poco que cambia nuestro día a día. Esto es positivo, nuestro cuerpo y nuestra mente funcionan mejor si no se tienen que preocupar por programar cada actividad y simplemente nos dejamos abrazar por nuestra rutina.

La pandemia cambió nuestra inercia, dejamos de salir a trabajar, estudiar y divertirnos, también tuvimos que adoptar nuevas medidas de protección como el único esfuerzo que podíamos hacer para contener la propagación del virus. A esto se le sumo en muchos casos una disminución en el ingreso, desempleo temporal y la falta de contacto físico con nuestros familiares y amigos.

Es por eso que sentir miedo y preocupación en estos momentos es completamente normal, el estrés y la ansiedad son reacciones naturales cuando nos enfrentamos a un contexto de incertidumbre y crisis. Ante esta situación la Organización Mundial de la Salud prevé que la próxima crisis de salud será una de salud mental.

Frente al inminente deterioro de salud mental, la OMS ha publicado una serie de recomendaciones básicas para sobrellevar esta crisis: mantener un estilo de vida saludable, lo cual incluye una dieta adecuada, dormir, hacer ejercicio y mantener contacto con los seres queridos por las vías posibles; también recomiendan no recurrir al alcohol o a cualquier droga para lidiar con las emociones y saber dónde y cómo buscar ayuda en caso de que sea necesario.

Finalmente, recomiendan limitar el tiempo de exposición a noticias, si bien es necesario mantenerse informados, una sobreexposición puede aumentar los niveles de preocupación y ansiedad y tomar descansos del trabajo y no pensar que cada minuto del día debe de ser productivos, el descanso y la convivencia son necesarios para poder funcionar adecuadamente,

Cada persona reacciona de manera diferente ante una crisis, lo importante es recordar que todo es temporal y que tarde o temprano volveremos a retomar nuestra rutina y lo que estamos viviendo será recordado como un trago amargo.

Más empleos o mejores empleos


México es el país de la OCDE que más horas trabaja. El trabajador mexicano trabaja más horas que cualquier otro dentro de los países más industrializados, pero esto no es una estadística que hable sobre los trabajadores que son los mexicanos, más bien habla sobre lo mal que trabajamos los mexicanos, la baja productividad y efectividad de cada hora trabajada y sobre las pésimas condiciones laborales que imperan en la gran mayoría del país.

Las horas trabajadas no se traducen en mayor consumo o mejores ingresos, esto se debe, además de la baja productividad de los trabajadores mexicanos, a una pésima cultura laboral y una mala concepción por parte de nuestros gobiernos sobre cuál debe de ser el papel del empleo al momento de emprender proyectos de infraestructura.

Un sinnúmero de proyectos en la historia de nuestro país se han justificado por la cantidad de empleo que generarán. ¿Es ese el verdadero fin que deben tener los proyectos? Si ese es el caso la construcción de caminos deberá de hacerse con la menor cantidad de máquinas y la mayor cantidad de mano de obra y las oficinas deberían de limitar el uso de las computadoras al mínimo indispensable para emplear a la mayor cantidad de gente posible.

O acaso no sería mucho mejor para la sociedad que los caminos se construyeran en el menor tiempo posible para que se comience a utilizar a la brevedad y que las oficinas utilicen la tecnología a su favor para poder realizar de manera más efectiva su misión, cualquiera que esta sea.

Cuál debe de ser el objetivo de cualquier proyecto ¿los empleos que se generarán temporalmente o la carretera que permitirá transportar mercancías y comunicar comunidades por mucho tiempo? La angustia de muchos al hablar sobre el empleo gira en torno a la preocupación de qué harán esas personas y en dónde se emplearán.

Lo que muchas veces olvidamos es que una carretera o un puerto o una oficina que funciona correctamente tiene un efecto en cadena que permea a quienes los utilizan, las personas tienen acceso a más mercados donde vender y comprar de manera más rápida y más eficiente que significa que pueden invertir más, emplear más gente y pagar mejores salarios.

Trabajar mucho y producir poco lleva inevitablemente a tener un consumo bajo, el empleo no es un juego de suma cero. Emplear gente en trabajos improductivos es incurrir en un costo, el costo de oportunidad de no emplear a esas personas en otros trabajos más productivos y el costo de oportunidad del tiempo perdido por no realizar un proyecto enfocado en el que debe de ser su objetivo: construir el camino, el puerto, la eficiencia de una oficina o cualquiera que sea el fin específico de ese proyecto.

Al momento, los datos muestran un crecimiento en la generación de empleos después de la pérdida masiva que se dio en la primera mitad del año, pero si estos nuevos empleos se dan en sectores improductivos, es decir, en proyectos cuyo objetivo es generar empleos y no un fin propio, tendremos un país más pobre que consuma menos. En cambio sí apostamos por adoptar la tecnología en los procesos productivos y avanzar hacia industrias de alto valor añadido, tendremos un país que crezca con empleos de calidad.

La pelea por los datos

Parece que el inminente veto a TikTok en Estados Unidos está por desatar una nueva batalla por el dominio de las redes sociales y otro capítulo en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esta red social de origen chino ha sido señalada por los gobiernos de Australia, Japón, India y con mayor ímpetu Estados Unidos por considerarla una amenaza para la seguridad de estos países.

TikTok es una de las plataformas más populares en la actualidad, especialmente entre la población más joven ya que el 41% de sus usuarios tienen entre 16 y 24 años, también, es una de las que presenta mayor crecimiento en número de usuarios y tiempo de uso, el número de usuarios en Estados Unidos se multiplicó por más de 5 en los últimos 18 meses llegando a 123 millones y el tiempo de uso diario es de 52 minutos. Globalmente tiene más de 800 millones de usuarios activos y ha sido descargada 2,000 millones de veces su aplicación, para comparar Instagram supera por poco los 1,000 millones de usuarios activos y Facebook los 2,600 millones.

Hoy en día los datos personales de los usuarios de las diferentes plataformas tienen un valor altísimo tanto monetario como político. La tecnología y creciente digitalización de cada vez más aspectos de nuestras vidas han generado una abundante cantidad de datos que explotan las compañías de tecnología más grandes del mundo y que los usuarios generamos y entregamos de manera gratuita.

Los datos personales le permitieron a empresas como Google tener ingresos por publicidad de más de 135 mil millones de dólares en 2019 y a Facebook de 70 mil millones. Cálculos de Robin Bloor, un respetado analista tecnológico, estimó que los datos de cada usuario valen alrededor de 1,000 dólares al año que capitalizan las plataformas a cambio de ser gratuitas.

En 2017 un artículo de la revista The Economist nombró a los datos como el recurso más valioso, superando al petróleo por su potencial económico, pero más importante por el poder que le da a estas firmas y el conocimiento profundo que tienen de los hábitos, preferencias y secretos de los usuarios.

Es por eso que para muchos gobiernos, TikTok es una amenaza, porque no es lo mismo que una empresa nacional o de algún aliado mine los datos de tus ciudadanos a que lo haga una empresa que no cae dentro de tu legislación y que además responde a las ambiciones de una potencia extranjera hostil.

El veto parece ser un hecho, Donald Trump anunció que los interesados en adquirir TikTok tienen hasta mediados de septiembre para hacer efectiva esta opción antes de que se haga ejerza completamente el veto y hasta ahora quien se perfila como el posible comprador es Microsoft, quien a pesar de ser un gigante tecnológico no tiene una presencia significativa en redes sociales.

Esto vendría acompañado de la gracia de los reguladores, quienes no llamaron a audiencia al Director General de Microsoft por prácticas monopólicas y mal manejo de datos como si lo hicieron con sus contrapartes de Google, Facebook y Amazon. Pero este beneplácito durará mientras que así convenga a la seguridad de Estados Unidos ya que el tamaño de estas empresas comienza a preocupar a muchos y los llamados a fraccionar estas compañías como en su momento se hizo con las grandes empresas petroleras comienzan a tener cada vez más eco.

Por lo pronto esto nos indica que las tensiones entre China y Estados Unidos no disminuirán prontamente y que las empresas más grandes del mundo lo son porque tienen el control casi monopólico de lo que es el recurso más importante en la actualidad: nuestros datos.

La nueva carrera espacial

El 29 de julio de 1958 fue creada la NASA en respuesta al lanzamiento del primer satélite artificial creado por la Unión Soviética, Sputnik I, que fue lanzado a órbita en 1957. Esto marcó el inicio de la carrera espacial que culminó, según varios historiadores, con la llegada del hombre a la luna y nos dejó como legado un sinnúmero de avances en telecomunicaciones, programación, astronomía y muchos otros campos que contribuyeron a mejorar la vida de las personas en la Tierra.

Esa carrera espacial culminó y las misiones espaciales redujeron su periodicidad y sus objetivos se dejaron de buscar la gloria, no han regresado hombres a la luna desde la década de los 70 y las misiones de exploración cada vez tienen menos reflectores. Parece que los objetivos espaciales se han concentrado en misiones de reparación a satélites e investigación.

Sin embargo, la carrera espacial ahora comienza a hacer una reaparición, esta vez no son Estados Unidos y la URSS quienes compiten, ni siquiera son países, quienes compiten en el 2020 son algunos de los hombres más ricos del mundo como Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson. Los tres han fundado compañías que se presentan como empresas de turismo espacial o de transporte espacial, pero que en el fondo tienen ambiciones mucho más grandes.

El valor estratégico del espacio en un futuro solamente incrementará en un mundo interconectado y dependiente de satélites para las telecomunicaciones, y es que hoy en día la totalidad del sistema financiero global, las redes de comunicación, el internet y cientos de otros sistemas dependen ya de lo que ocurre en el espacio. Es por eso que quienes controlen estos eslabones tendrán un poder enorme sobre lo que ocurra en tierra firme y por consecuencia la remuneración económica puede ser igualmente grande.

Una nueva carrera espacial puede traer consigo consecuencias positivas para todos y no solo porque unos pocos podrán hacer turismo espacial sino por la tecnología que puede resultar de esta carrera, ya que desarrollar la infraestructura necesaria para lograr lo que se proponen estas empresas requiere de tecnologías que aún no tenemos y que podría beneficiarnos a todos.

Estos empresarios no son los únicos que están conscientes del valor que tiene y tendrá el espacio, el año pasado el Presidente Donald Trump anunció sus planes para crear una rama más del ejército dedicada exclusivamente al espacio, la “Space Force”. Claro que este año las prioridades cambiaron y es seguro que estos planes se retrasarán, pero no será una sorpresa si en menos de 10 años esta institución es creada.

Todo parece indicar que estamos al inicio de lo que será una nueva era en la exploración espacial y que a pesar de que aún estamos lejos de colonizar otros planetas o lunas, la fecha se acerca y con ella más avances para la raza humana que se beneficiará de tecnología que aún no podemos imaginar.