No es pronto para hablar de recuperación – Blog Momentum México

No es pronto para hablar de recuperación

Es difícil calcular hoy en día los efectos económicos del covid-19, y probablemente pase bastante tiempo antes de que sepamos realmente qué tan duro fue el golpe, es por eso que hablar de recuperación, por el momento, parece un poco precipitado; sin embargo, consideramos que contamos con elementos para hacerlo y encontrar una nota positiva en este alud informativo.

Comencemos por el origen de la turbulencia económica: una pandemia. Al igual que una guerra, una pandemia es un fenómeno externo, y fuera de lo ordinario que, mientras persiste, es disruptivo para la actividad económica, pero, una vez concluye, no impide un paulatino regreso a la normalidad. A diferencia de la crisis financiera de 2007-08, que fue causada por fallas en el mercado que pudieron ser evitadas, esta crisis deviene de un evento que nadie pudo haber previsto.

Esta es la razón por la cual hemos escuchado a varios analistas decir que lo que estamos viviendo se parece más al 2001 (cuando el ataque a las Torres Gemelas causó gran incertidumbre) o a 1991 (cuando la invasión de Iraq a Kuwait causó un alza en los precios del petróleo, disminuyendo la producción de bienes manufactureros), que a la crisis financiera de 2007-08 o a la Gran Depresión.

El artículo de la sección Free Exchange de la edición del 21 de marzo de The Economist enlista tres puntos que pueden ser cruciales para entender mejor las consecuencias a largo plazo de esta turbulencia y la recuperación económica, que más allá de lo que hemos visto en la discusión actual. Discusión que, por el momento, tiene más tintes políticos que económicos, quizá debido a que aún estamos en una fase precautoria y apenas comienzan a sentirse los estragos de esta crisis sanitaria.

El primer punto es: la duración del impacto causado por la pandemia dependerá, en gran medida, de qué tan grave es el shock inicial y si las instituciones lograrán sobrellevarlo. Esto quiere decir que, si las instituciones financieras, regulatorias y comerciales de los países pueden soportar la crisis sin mayor cambio, es más probable que la recuperación sea más pronta y las consecuencias negativas no perduren.

El segundo punto es: que grandes caídas en la producción suelen ser disruptivas para las cadenas globales de comercio. Esto quiere decir que, en el mundo globalizado de hoy en día, impedir que la interconexión entre países se rompa por mucho tiempo es una de las mejores maneras para superar este bache.

El tercer punto es: la importancia de tener una política macroeconómica adecuada. Esto quiere decir que errar en la política macroeconómica puede dejar vulnerable a las economías de los países ante mínimos shocks, causando más daños que la crisis misma, es por eso que principalmente se deben cuidar el desempleo y la inflación a fin de que la menor cantidad de personas se vea afectada.

Estos tres puntos pueden servir como guía para saber en qué concentrarnos, desde el punto de vista económico, al buscar o filtrar información sobre el covid-19, ya que puede darnos claves sobre hacia dónde nos dirigimos y con ello tener mejores herramientas para tomar decisiones informadas y razonadas.

El artículo de The Economist concluye con una nota positiva, afirma que ninguna caída de este tipo, es decir, shocks exógenos y repentinos a la producción, ha significado una caída en el PIB de más del 10% y que, en promedio los países industrializados tardan 4 años en volver a los niveles previos a la crisis. En resumen, los autores pronostican un golpe duro pero también una recuperación vertiginosa, en algunos países como Corea y Singapur, tan pronta como la segunda mitad del año o principios del próximo.

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