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El crédito como regulador

La idea que subyace, a grandes rasgos, al crédito es la expectativa de que el mañana será mejor que el presente, que las empresas o los individuos tendrán más dinero y podrán pagar el crédito más los intereses. Por eso, la dirección del crédito nos puede dar señales sobre lo que se espera de los años por venir y una lectura del momento que se vive.

El crédito al consumo presentaba una tasa de crecimiento cada vez menor, pero la pandemia se encargó de llevar a las a cifras números negativos, cercanos a un -9% en variación anual real. Por otro lado, el crédito para la actividad empresarial se encontraba, al igual que el crédito al consumo, con un crecimiento cada vez menor, contrastando con el crédito al consumo ya que pasaba de un crecimiento del 10% anual en 2018 a apenas rebasar el 1% antes de la pandemia.

La diferencia es que el crédito a la actividad empresarial tuvo un repunte estrepitoso, de más del 12% en variación anual real, durante el inicio de la pandemia. Esto se explica en gran medida a la falta de apoyos por parte del gobierno que obligaron a los empresarios a recurrir a financiamiento bancario para mantener su negocio a flote.

Las últimas cifras respecto al crédito empresarial muestran que en julio regresaron a un 4% de crecimiento anual real, lo que significa que la necesidad de financiamiento ha disminuido y que conforme se retoman las actividades, los negocios comienzan a tener flujo y no recurren al crédito para mantener las operaciones.

Otro dato importante respecto al crédito es el índice de morosidad, lo primero que pensaron muchos analistas sería que este índice se elevaría mucho durante la pandemia y no fue así. Respecto a Julio de 2018, disminuyó de 4.4% a 3.8% en cuanto a crédito al consumo y de 1.7% a 1.6% en cuanto a crédito a actividad empresarial.

Para el crédito al consumo, gran parte de esta caída se debe a la reducción importante de créditos otorgados que, evidentemente, comienzan por aquellos de mayor riesgo y, en cuanto al crédito empresarial, mucho se debe a las facilidades de pago y extensiones que ofrecieron muchos bancos que dieron periodos de gracia a los empresarios.

La dirección del crédito previo a la pandemia no auguraba un buen escenario para la economía mexicana, menor crédito al consumo significaba que las personas no veían una posibilidad de comprar bienes duraderos como refrigeradores y automóviles en los próximos años y menos crédito empresarial significaba menor inversión y mayor sensación de riesgo en la economía.

Por lo pronto, estas señales se difuminan ante una crisis económica global, no significa que dejen de estar latentes estos pronósticos, simplemente se antepuso una situación mucho más grave a la cual se tuvo que hacer frente de manera urgente.

Ante este escenario, nuevamente el crédito sirvió como gran regulador. Limitó el consumo de quienes no tenían posibilidades de pagarlo en este momento y ayudó a quienes necesitaban de efectivo para no cerrar negocios, en este sentido fue un excelente nivelador y llevó recursos a las manos de quienes más los necesitaban en este momento.

La minería está en todos lados

Si volteamos a nuestro alrededor seguramente encontraremos algún metal o mineral en cada objeto que nos rodea. Seguramente, también, cada objeto a nuestro alrededor fue fabricado, transportado, almacenado y comprado con maquinaria, vehículos, almacenes y billetes que a su vez fueron fabricados, transportados, almacenados y comprados con objetos que contienen metales y minerales.

La pasta de dientes contiene flúor, nuestros celulares cobre, silicio, grafito, manganita, y oro. La dolomita puede ser encontrada en nuestras medicinas y en el maquillaje, la sal en los detergentes y la hemetita en las latas de refresco y automóviles. Todos estos metales y minerales son extraídos por empresas mineras y son esenciales para los procesos de prácticamente todas las otras industrias.

Es por eso que la industria minera es de vital importancia para la economía, todos de alguna manera u otra dependemos de ella para poder consumir o producir todos los bienes y servicios que queramos. Su interconexión con todos los sectores de la economía la vuelve sensible a cambios en la demanda, como ocurrió a principios de este año con el desplome de los metales industriales, pero al mismo tiempo hemos visto una alza significativa en los metales preciosos como reserva de valor y es que la industria minera tiene una diversificación enorme dentro de sí, lo que afecta a los metales industriales puede beneficiar a los metales preciosos.

A pesar de que la industria sufra algunos choques en la demanda, nunca, o por lo menos en el futuro mediano, dejará de existir y sus productos, dada su intrínseca relación con prácticamente todo, seguirán siendo extraídos de la tierra. Es por esto que en México, la industria minera es de las pocas que ha sobrellevado bien la actual crisis, siento la segunda industria que más ha crecido en lo que va del año.

También es la quinta industria que mayor aportación hace al PIB y una de las industrias que más recursos fiscales otorga a la Federación. Sin embargo, a pesar de su importancia y peso, es un sector que normalmente ahuyenta a los inversionistas por ser considerada contaminante o corrupta, cuando en realidad es de los sectores con mayor escrutinio en cuanto a políticas sociales y ambientales, además de poder añadir mucho valor en el portafolio de muchos inversionistas que buscan diversificar y obtener retornos atractivos.

La próxima crisis de salud

La pandemia del COVID-19 será recordada como un evento histórico que llegó para cambiar cientos de cosas que dábamos por ciertas y cuyas consecuencias apenas podemos vislumbrar. El efecto en la economía fue el primero en hacerse notar, pero probablemente los efectos en la salud mental sean los últimos y menos los atendidos una vez que comencemos a salir al mundo nuevamente.

A las personas nos gusta tener cierto grado de certidumbre en el futuro y nos aterra lo desconocido, somos criaturas de rutina aunque normalmente la transitamos con tanta naturalidad que no nos damos cuenta lo poco que cambia nuestro día a día. Esto es positivo, nuestro cuerpo y nuestra mente funcionan mejor si no se tienen que preocupar por programar cada actividad y simplemente nos dejamos abrazar por nuestra rutina.

La pandemia cambió nuestra inercia, dejamos de salir a trabajar, estudiar y divertirnos, también tuvimos que adoptar nuevas medidas de protección como el único esfuerzo que podíamos hacer para contener la propagación del virus. A esto se le sumo en muchos casos una disminución en el ingreso, desempleo temporal y la falta de contacto físico con nuestros familiares y amigos.

Es por eso que sentir miedo y preocupación en estos momentos es completamente normal, el estrés y la ansiedad son reacciones naturales cuando nos enfrentamos a un contexto de incertidumbre y crisis. Ante esta situación la Organización Mundial de la Salud prevé que la próxima crisis de salud será una de salud mental.

Frente al inminente deterioro de salud mental, la OMS ha publicado una serie de recomendaciones básicas para sobrellevar esta crisis: mantener un estilo de vida saludable, lo cual incluye una dieta adecuada, dormir, hacer ejercicio y mantener contacto con los seres queridos por las vías posibles; también recomiendan no recurrir al alcohol o a cualquier droga para lidiar con las emociones y saber dónde y cómo buscar ayuda en caso de que sea necesario.

Finalmente, recomiendan limitar el tiempo de exposición a noticias, si bien es necesario mantenerse informados, una sobreexposición puede aumentar los niveles de preocupación y ansiedad y tomar descansos del trabajo y no pensar que cada minuto del día debe de ser productivos, el descanso y la convivencia son necesarios para poder funcionar adecuadamente,

Cada persona reacciona de manera diferente ante una crisis, lo importante es recordar que todo es temporal y que tarde o temprano volveremos a retomar nuestra rutina y lo que estamos viviendo será recordado como un trago amargo.

La pelea por los datos

Parece que el inminente veto a TikTok en Estados Unidos está por desatar una nueva batalla por el dominio de las redes sociales y otro capítulo en la guerra comercial entre China y Estados Unidos. Esta red social de origen chino ha sido señalada por los gobiernos de Australia, Japón, India y con mayor ímpetu Estados Unidos por considerarla una amenaza para la seguridad de estos países.

TikTok es una de las plataformas más populares en la actualidad, especialmente entre la población más joven ya que el 41% de sus usuarios tienen entre 16 y 24 años, también, es una de las que presenta mayor crecimiento en número de usuarios y tiempo de uso, el número de usuarios en Estados Unidos se multiplicó por más de 5 en los últimos 18 meses llegando a 123 millones y el tiempo de uso diario es de 52 minutos. Globalmente tiene más de 800 millones de usuarios activos y ha sido descargada 2,000 millones de veces su aplicación, para comparar Instagram supera por poco los 1,000 millones de usuarios activos y Facebook los 2,600 millones.

Hoy en día los datos personales de los usuarios de las diferentes plataformas tienen un valor altísimo tanto monetario como político. La tecnología y creciente digitalización de cada vez más aspectos de nuestras vidas han generado una abundante cantidad de datos que explotan las compañías de tecnología más grandes del mundo y que los usuarios generamos y entregamos de manera gratuita.

Los datos personales le permitieron a empresas como Google tener ingresos por publicidad de más de 135 mil millones de dólares en 2019 y a Facebook de 70 mil millones. Cálculos de Robin Bloor, un respetado analista tecnológico, estimó que los datos de cada usuario valen alrededor de 1,000 dólares al año que capitalizan las plataformas a cambio de ser gratuitas.

En 2017 un artículo de la revista The Economist nombró a los datos como el recurso más valioso, superando al petróleo por su potencial económico, pero más importante por el poder que le da a estas firmas y el conocimiento profundo que tienen de los hábitos, preferencias y secretos de los usuarios.

Es por eso que para muchos gobiernos, TikTok es una amenaza, porque no es lo mismo que una empresa nacional o de algún aliado mine los datos de tus ciudadanos a que lo haga una empresa que no cae dentro de tu legislación y que además responde a las ambiciones de una potencia extranjera hostil.

El veto parece ser un hecho, Donald Trump anunció que los interesados en adquirir TikTok tienen hasta mediados de septiembre para hacer efectiva esta opción antes de que se haga ejerza completamente el veto y hasta ahora quien se perfila como el posible comprador es Microsoft, quien a pesar de ser un gigante tecnológico no tiene una presencia significativa en redes sociales.

Esto vendría acompañado de la gracia de los reguladores, quienes no llamaron a audiencia al Director General de Microsoft por prácticas monopólicas y mal manejo de datos como si lo hicieron con sus contrapartes de Google, Facebook y Amazon. Pero este beneplácito durará mientras que así convenga a la seguridad de Estados Unidos ya que el tamaño de estas empresas comienza a preocupar a muchos y los llamados a fraccionar estas compañías como en su momento se hizo con las grandes empresas petroleras comienzan a tener cada vez más eco.

Por lo pronto esto nos indica que las tensiones entre China y Estados Unidos no disminuirán prontamente y que las empresas más grandes del mundo lo son porque tienen el control casi monopólico de lo que es el recurso más importante en la actualidad: nuestros datos.

La nueva carrera espacial

El 29 de julio de 1958 fue creada la NASA en respuesta al lanzamiento del primer satélite artificial creado por la Unión Soviética, Sputnik I, que fue lanzado a órbita en 1957. Esto marcó el inicio de la carrera espacial que culminó, según varios historiadores, con la llegada del hombre a la luna y nos dejó como legado un sinnúmero de avances en telecomunicaciones, programación, astronomía y muchos otros campos que contribuyeron a mejorar la vida de las personas en la Tierra.

Esa carrera espacial culminó y las misiones espaciales redujeron su periodicidad y sus objetivos se dejaron de buscar la gloria, no han regresado hombres a la luna desde la década de los 70 y las misiones de exploración cada vez tienen menos reflectores. Parece que los objetivos espaciales se han concentrado en misiones de reparación a satélites e investigación.

Sin embargo, la carrera espacial ahora comienza a hacer una reaparición, esta vez no son Estados Unidos y la URSS quienes compiten, ni siquiera son países, quienes compiten en el 2020 son algunos de los hombres más ricos del mundo como Jeff Bezos, Elon Musk y Richard Branson. Los tres han fundado compañías que se presentan como empresas de turismo espacial o de transporte espacial, pero que en el fondo tienen ambiciones mucho más grandes.

El valor estratégico del espacio en un futuro solamente incrementará en un mundo interconectado y dependiente de satélites para las telecomunicaciones, y es que hoy en día la totalidad del sistema financiero global, las redes de comunicación, el internet y cientos de otros sistemas dependen ya de lo que ocurre en el espacio. Es por eso que quienes controlen estos eslabones tendrán un poder enorme sobre lo que ocurra en tierra firme y por consecuencia la remuneración económica puede ser igualmente grande.

Una nueva carrera espacial puede traer consigo consecuencias positivas para todos y no solo porque unos pocos podrán hacer turismo espacial sino por la tecnología que puede resultar de esta carrera, ya que desarrollar la infraestructura necesaria para lograr lo que se proponen estas empresas requiere de tecnologías que aún no tenemos y que podría beneficiarnos a todos.

Estos empresarios no son los únicos que están conscientes del valor que tiene y tendrá el espacio, el año pasado el Presidente Donald Trump anunció sus planes para crear una rama más del ejército dedicada exclusivamente al espacio, la “Space Force”. Claro que este año las prioridades cambiaron y es seguro que estos planes se retrasarán, pero no será una sorpresa si en menos de 10 años esta institución es creada.

Todo parece indicar que estamos al inicio de lo que será una nueva era en la exploración espacial y que a pesar de que aún estamos lejos de colonizar otros planetas o lunas, la fecha se acerca y con ella más avances para la raza humana que se beneficiará de tecnología que aún no podemos imaginar.

Emisiones netas cero

Esta semana Apple anunció que para 2030 sus emisiones netas de carbono serán cero para su cadena de suministro y sus productos. Esta noticia es de gran relevancia porque la empresa mas valiosa del planeta, estandarte de innovación y buenas prácticas, es también un generador de tendencias y referente cultural, por lo cual, es probable que este tipo de iniciativas tome aún más momentum.

La neutralidad de carbono se refiere a equilibrar las emisiones de carbono liberado a la atmósfera con procesos que disminuyen la cantidad de emisiones en la atmosfera con el fin de lograr que la huella de carbono sea igual o cercana a cero. Para hacer esto, el primer paso es el análisis de las emisiones.

Para el computo de las emisiones que genera una empresa se debe de incluir absolutamente todo lo que involucra el funcionamiento de la empresa y la producción: desde la manera en la que los trabajadores llegan a trabajar y cómo operan las instalaciones, hasta que impacto tienen los materiales con los que se construye el producto (si es que lo hay) y cuales son las prácticas de los proveedores.

Los siguientes pasos son la reducción y la compensación, la reducción es el paso anterior a la compensación porque compensar la huella de carbono tiene un costo y se busca que sea el menor posible, después, la compensación puede ir desde plantar árboles o limpiar un rio hasta comprar bonos verdes y pagar para que otros no emitan CO2.

La idea detrás de la neutralidad de carbono es la que realmente puede ser poderosa para generar un cambio positivo a favor del medio ambiente, la idea de que cada parte del proceso tiene un impacto, que cada acción tiene una reacción que puede ser nivelada y que la huella de carbono si puede ser un juego de suma cero si nos coordinamos para disminuir nuestro impacto.

Muchos creemos que estamos tomando acciones a favor del medio ambiente cuando en realidad no es así desde este punto de vista, usar un auto hibrido no es benéfico para el medio ambiente si no fue construido con procesos limpios, si su batería es desechada incorrectamente o si la energía que utiliza fue generada quemando combustibles fósiles y si además esta dentro de las posibilidades usar algún otro medio de transporte menos contaminante, el auto hibrido parece menos ecológico.

Esto incluye también a las empresas, el origen de sus materiales es casi tan importante como los procesos de transformación, es por eso que fomentar la minería sustentable y otras materias primas, además de fuentes de energía renovables deben de ser el primer paso a seguir si se busca reducir la huella de carbono.

En palabras de Tim Cook, CEO de Apple: “Las empresas tienen una gran oportunidad para ayudar a construir un futuro más sostenible, uno nacido de nuestra preocupación común por el planeta que compartimos. La acción climática puede ser la base de una nueva era de potencial innovador, creación de empleo y crecimiento económico duradero. Con nuestro compromiso con la neutralidad del carbono, esperamos ser una ola en el estanque que genere un cambio mucho mayor.”

La carrera farmacéutica

 A inicios del mes de julio de 1885, Louis Pasteur probó exitosamente la vacuna contra la rabia en Joseph Meister, un niño de 9 años a quien curó de esa enfermedad, salvándole la vida. Este es uno de cientos de ejemplos sobre los maravillosos logros del desarrollo farmacéutico, que hoy está representado por una gran industria que hasta ahora ha logrado contener o superar la gran mayoría de los retos que se le han presentado. No hay razón para pensar que en el caso del COVID-19 esto será diferente.

Los avances en la industria farmacéutica y médica en los últimos siglos son considerados por muchos historiadores como los mayores avances de la humanidad, y es que su impacto no ha sido poco: la esperanza de vida a nivel mundial se ha prácticamente duplicado en 150 años, la mortandad infantil es solo una fracción de lo que era hace 100 años, el número de enfermedades no tratables estadísticamente es muy bajo y un sinnúmero de personas no muere por causas que ahora consideramos comunes, como el dolor de muelas o una pierna rota.

Hoy damos por hecho la erradicación de decenas de enfermedades como la viruela y tenemos la certeza de que otras cuantas, que antes eran mortales, pueden ser tratadas sin mayor inconveniente como la gripe, la diabetes, desordenes metabólicos y otras cuantas. También nos beneficiamos de las técnicas y procedimientos modernos como la diálisis, el marcapasos, la resonancia magnética, el ultrasonido, la microcirugía entre muchos otros. Los avances son impresionantes y más aún lo que han hecho por extender la vida humana y hacer que cada vez vivamos más tiempo libres de enfermedades.

Sin embargo, todo parece indicar que apenas estamos en el comienzo de lo que será una verdadera revolución, en cuanto a medicamentos y tratamientos médicos se refiere. Los más grandes avances de nuestros tiempos palidecerán con todo lo que está por venir de la mano de la biotecnología. Disciplina que ha obtenido una relevancia enorme, en gran medida, gracias a los altos márgenes financieros que obtienen las industrias farmacéutica y tecnológica cada vez que se desarrollan nuevos tratamientos o medicinas. Cientos de empresas hoy trabajan en proyectos que francamente parecen salidos de una novela de ciencia ficción y los hospitales de vanguardia desarrollan técnicas y procesos que bien podrían marcar el inicio de la fusión entre la medicina y la robótica.

Según los especialistas, la medicina personalizada será el primer paso, diagnósticos más exactos permitirán desarrollar medicamentos personales con enorme precisión (medidas hasta en unidades de microgramos). El “big data” le permitirá a los médicos conocer con detalle cada rincón del historial médico de sus pacientes, incluso aquellos que los pacientes mismos no conocen. Las tendencias generales para detectar brotes de enfermedades a tiempo, así como la impresión 3D de órganos artificiales pondrá fin a la necesidad de trasplantes. La intervención genética pondrá fin a cientos de enfermedades de nacimiento, entre muchos otros avances que apenas podemos comenzar a comprender y sobre los que aún no sabemos qué impacto tendrán en la vida de las personas y en cómo nos organizaremos en sociedad.

La carrera por concretar estos descubrimientos es feroz, el sector farmacéutico es uno de los más competidos y, como hemos mencionado, uno de los más rentables. La carrera por encontrar la cura para el coronavirus es hoy el ejemplo más tangible de lo que es el día a día de las empresas farmacéuticas porque existe una estructura y un marco legal que, afortunadamente, reconoce y premia a nivel económico a los primeros lugares, es decir, a quienes hayan obtenido éxito y hayan mejorado el andar de la humanidad; lo cual, desde luego, promueve la competencia y fomenta las inversiones multimillonarias que se hacen en desarrollo e investigación, de las cuales nos beneficiamos todos.

Por lo que a nosotros respecta, destacamos que, paralelamente a esta carrera, otra se desarrolla: la de los inversionistas, que apuestan por que tal o cual compañía sea la que encuentre la cura para el COVID-19. Pocos sectores resistieron tan bien el golpe de la pandemia a los mercados como las industrias farmacéutica y tecnológica porque, para muchos, el desarrollo de métodos biológicos o tecnológicos, que permitan enfrentar esta nueva enfermedad, ha marcado el inicio de una extenuante carrera que, a su conclusión, contará con una gran recompensa económica. Podemos esperar que aquellas empresas que primero logren desarrollar una vacuna, una cura, o incluso un tratamiento prometedor, verán el valor de sus acciones aumentar exponencialmente al igual que lo hará su prestigio. Hoy, los punteros parecen ser AstraZeneca, Moderna y Pfizer, que, de acuerdo a sus reportes, parece que podrían tener la primera producción disponible al público de una vacuna o tratamiento entre septiembre y octubre de este año.

Si algo han mostrado las industrias farmacéutica y tecnológica es su capacidad de entregar resultados y de siempre estar en la vanguardia. Apostar por estas es apostar por una mejor calidad de vida y más hoy en día cuando el retorno a las escuelas, oficinas, reuniones y celebraciones depende tanto de lo que hagan. Desde el punto de vista financiero, aquellos que sepan hacer su inversión a tiempo, sin duda, obtendrán resultados por encima de lo que el promedio del mercado les está ofreciendo.

Covid 19. Un gran espejo. Nuestra oportunidad para crecer.

Algunos economistas creen que una crisis no es necesariamente algo malo a largo plazo. Si bien, en el momento más álgido de las dificultades, es difícil ver más allá; en la medida en la que  mantengamos una visión de largo plazo, podremos ver que una crisis también sirve para depurar la economía de ciertas empresas “deficientes”. En otras palabras, nos será claro que aquellas empresas con modelos de negocios probados, con capacidad de adaptarse y que, en general, son más eficientes que sus competidores, será las que prevalecerán, mientras que aquellas que no hayan logrado generar estas capacidades para mantenerse a flote, probablemente desaparecerán.

El Covid-19 ha puesto un espejo enfrente de todas las empresas. Esto las ha obligado a un autoanálisis forzado de sus competencias y de sus debilidades y, en este proceso, han salido a relucir ciertos vicios y manejos anticuados que quizá se vienen arrastrando de muchos años. Particularmente, dicho análisis, ha permitido ver que, en ocasiones, brillan por su irrelevancia varias posiciones y personas que no son esenciales para la continuación de las empresas o que incluso son un lastre. La oportunidad que vemos en ésta, así como en otras crisis, es que obliga a las empresas a encontrar su máximo potencial con los menores recursos posibles. Trabajar únicamente con lo indispensable y, por tanto, valorar y calificar todo aquello que realmente no lo es.

Este proceso de adelgazamiento o minimización ha sido una gran oportunidad para que  surja la innovación. Trabajar con recursos escasos nos obliga a ser más ingeniosos y creativos. Sin duda, esto traerá una revolución en la manera en la que trabajamos y serán las empresas lugares más eficientes y dinámicos. También, esta crisis has acelerado los procesos de adaptación tecnológica que igualmente beneficiarán a las empresas y a los trabajadores.

No obstante, antes de levantar velas al aire, primero debemos pasar por el obstáculo. Superar la crisis. Mientras esto ocurre, cientos de empresas dejarán de existir. Aunque, como mencionamos, no todo es negativo, ya que nuevas empresas tomarán el lugar de quienes no puedan adaptarse a las circunstancias. Las empresas mejor adaptadas a las nuevas condiciones del mercado; aquellas que nacieron en medio de una crisis y, por ende, que adoptaron una nueva mentalidad, una nueva manera de apreciar a sus trabajadores, a sus clientes, y al planeta serán nuestras favoritas.

En esta nueva concepción, las empresas tendrán claramente identificadas las posiciones que realmente fueron significativas durante el periodo de crisis. De ahí saldrá una nueva tendencia por revalorizar al trabajador indispensable, así como identificar aquel que no lo es (o peor aún, aquel que las hace fracasar). Con base en este análisis, las mejores empresas se darán cuenta de lo esencial que es invertir en crear ambientes laborales amigables que les permitan retener al mejor talento.

Por otro lado, ocurrirá algo similar con los clientes. Habrá que adaptarse a ellos. Al final del día, son el motor económico de toda empresa. De acuerdo con nuestro análisis, la tendencia se inclinará cada vez más hacia productos hechos a su medida. La híper-personalización y la creación de experiencias únicas será una de las razones principales de consumo de los productos ya que, en todos los sectores, se tendrá clientes mejor informados y más demandantes, para los cuales no habrá una solución única, sino que se deberá buscar aquella que se adapte mejor a sus necesidades.

En adición, sería un error olvidar responsabilidad ambiental. Las empresas y los empresarios se encuentran cada vez más en la mira de aquellos inversionistas, consumidores y trabajadores que tienen como prioridad el cuidado del medio ambiente. En un mundo donde la información es cada vez más accesible y transparente, la nueva mentalidad premiará a quienes puedan convencer a los consumidores y proveedores respecto de su compromiso contra el calentamiento global y la adopción de prácticas sustentables. En la medida en que las empresas adopten genuinamente esta visión serán lugares más atractivos para invertir, consumir y trabajar.

De igual manera, las empresas que hayan tenido la visión para entender estas dinámicas de largo plazo, tendrán en su ADN la inclusión de la tecnología de vanguardia en todos sus procesos y harán rédito de todas las herramientas disponibles. El futuro es que todas las empresas, sin importar sector, se adapten de una u otra manera a la tecnología, ya sea para mejorar la comunicación, acelerar procesos o llegar cada vez a más personas. Es una realidad que de todas las crisis siempre surgen oportunidades, en este caso, la oportunidad es replantear la manera en la que pensamos los negocios. La ocasión invita a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y a usar la tecnología más avanzada para crecer. Sin olvidar la importancia de mejorar la manera en la que producimos y consumimos para tener productos al gusto del cliente y, al mismo tiempo, cuidar al medio ambie

Construcción y bienes raíces, tendencias.

La percepción sobre los pronósticos económicos normalmente transita por el camino del escepticismo, muchos dudan de su veracidad y la crítica principal es que yerran muy seguido. Si bien la decepción de haber apostado a un escenario y salir fuertemente perjudicado puede dejar en uno alguna sensación de inconformidad hacia los pronósticos, debemos recordar que eso son: pronósticos y que esta en su misma naturaleza equivocarse.

Siguiendo este pensamiento, algunos analistas quieren sepultar los modelos económicos y financieros que pretenden pronosticar el futuro próximo. Argumentan que si antes era prácticamente una cuestión de suerte prever lo que vendría, ahora con un mundo que cambia al minuto y que se enfrenta a incertidumbre abrumante, es imposible hacer cualquier pronóstico.

Sin embargo, el hecho de que ahora haya mayor incertidumbre solo exige a aquellos que anuncian lo que vendrá a ser más responsables, cuidadosos y estrictos. Para esto, es necesario hacer análisis fuera de la norma, buscar tendencias segmentadas y los patrones de comportamiento que mueven la oferta y demanda de bienes y servicios.

Para comenzar, hay que analizar las consecuencias de las normas que se le impusieron a más de 2.6 mil millones de personas para la economía: el confinamiento y las medidas de salubridad. La primera y más inmediata es la caída en la producción económica que rápidamente impacta los bolsillos de las personas, la segunda es que el confinamiento cambia los hábitos y formas de consumir y la tercera es que los rezagos de la pandemia cambiarán las preferencias de las personas.

La caída en la producción económica volverá inviable algunos proyectos de construcción que se tenían contemplados y algunos otros quedarán inconclusos o en pausa indefinida, especialmente complejos turísticos y oficinas ya que el sector turismo no se recuperara completamente hasta dentro de un par de años y, en cuanto al mercado de oficinas, cientos de empresas desaparecerán y aquellas que persistan, buscarán espacios más privados y evitarán los grandes desarrollos, también querrán ahorrar y adoptar nuevas formas de trabajo a distancia.

El sector de servicios, especialmente restaurantes, bares y centros comerciales ha sido especialmente golpeado por las medidas de confinamiento y será uno de los más perjudicados por las medias de sana distancia, por lo cual en los próximos meses habrá una oleada de locales comerciales disponibles, esto bajará los precios y ayudará a la recuperación, pero en el proceso observaremos mucho desempleo y empresas en quiebra, principalmente pequeñas y medianas.

En cuanto a los hogares, según las estimaciones más recientes, en México habrá 10 millones más de personas en condición de pobreza y si no se tiene una política clara en torno a los desalojos, podríamos terminar con un serio problema de indigencia, pero con miles de casas y departamentos vacíos, para que esto no suceda, los plazos y montos se deberán ajustar a las nuevas condiciones del mercado.

Los beneficiados en el sector inmobiliario han sido las bodegas, centros de logística y los supermercados. Las bodegas tendrán un gran crecimiento ya que las empresas comenzarán a invertir en inventarios sólidos para evitar quedarse sin mercancía como ocurrió les ocurrió a varias firmas al principio de la pandemia, los centros de logística verán un auge debido al avance del comercio en linea y los supermercados por el cambio que hubo en loas personas que ahora prefieren comer en casa que en restaurantes.

La necesidad por espacios no dejará de existir, todos necesitamos un lugar donde vivir, trabajar, divertirnos y producir, y aunque temporalmente algunos de estos espacios no puedan ser usados de manera habitual, tarde o temprano regresaremos a ellos, pero, por lo pronto, debeos observar dónde puede haber oportunidades y potencial para crecer.

¿Cuándo volveremos a viajar?

La respuesta exacta aún no la podemos conocer; pero si hay algo en lo que todos los pronósticos respecto al futuro de la industria del turismo concuerdan es que el golpe económico será especialmente duro, discrepan en cuanto a la magnitud y es que la recuperación de los próximos meses o años depende, en gran medida, de factores o condiciones fuera de su control, lo cual aumenta la incertidumbre y dificulta hacer proyecciones precisas sobre el regreso de los viajeros y aventureros a todos los rincones del mundo.

La ocupación hotelera en Cancún no superará el 30% este verano, en Acapulco se han observado ocupaciones del 0% por primera vez en la historia, el aeropuerto de Cancún al igual que el de la Ciudad de México operan con flujos de pasajeros que no llega ni a la tercera parte del flujo habitual. Ante estos escenarios, analistas de la industria y ejecutivos esperan una recuperación completa hasta el año 2023.

Muchas de las cosas que han ayudado a otras industrias a resistir los abates del coronavirus y que inclusive les han ayudado a emprender el camino hacia la modernización tecnológica no son aplicables a la industria del turismo. Es cierto que se pueden conocer museos o ruinas virtualmente, pasear por ciudades o aprender de otras culturas de manera remota, pero para muchos, el fin de viajar es precisamente una experiencia inmersiva y romper la rutina.

Esta limitación presencial que sufre el turismo en general también vuelve fundamentalmente vulnerables a los empleos en el sector que, por si fuera poco, es de las más intensivas en capital humano. Y no solo son los empleados y empresarios, ciudades enteras y países en gran medida dependen de la derrama económica que representa el turismo y de la entrada de divisas que traen consigo los turistas.

La industria también depende de las medidas que se le impongan, cuántos clientes atender a la vez, cuánta gente puede viajar en un avión, cuántos países aceptaran turistas y un sinnúmero de preguntas a las que el sector no tiene respuesta y se encuentra a merced de lo que se decida desde las instituciones de salud, en el mejor de los casos, sino es que en las oficinas de personas que basan sus decisiones en cálculos meramente políticos.

Para los individuos, dos elementos podrían influenciar su disposición a viajar una vez comiencen a levantarse las restricciones impuestas a vuelos internacionales y al contacto en general: el primero es que su situación económica no le permita el lujo de viajar y la segunda es que se auto-restrinja por miedo a contagiarse.

Respecto a la primera es evidente que la recesión global golpeará los bolsillos de millones de potenciales turistas que tendrán que esperar a que su economía se recupere junto a la del resto y, respecto a la segunda, es probable que las normas de distanciamiento social sean adoptadas voluntariamente por gran parte de la población y por ende prefieran evitar viajes y multitudes.

Por otro lado, muchos analistas opinan que justamente después del confinamiento, las personas estarán ávidas de nuevas experiencias, así como de salir de sus hogares y tomar unas vacaciones aprovechándose de ofertas tentadoras y destinos sin la saturación normal de turistas. Este comportamiento comienza a ser evidente en las ciudades en China como Beijing y Shanghai que empiezan a ver crecer la ocupación en los hoteles y en las que los restaurantes y tiendas recuperan poco a poco un flujo similar al habitual, dentro de lo que las normas de distanciamiento permiten.

A grandes rasgos, el futuro de la industria es sumamente incierto y las señales que debemos observar en relación con una posible recuperación son: la duración de la pandemia, las restricciones que se le impongan a los viajeros y su comportamiento una vez termine el encierro; pero debemos recalcar que el panorama no es completamente desalentador, ya que varios de los sitios turísticos más populares llevaban años de desgaste excesivo por las hordas de turistas que los acaparaban, por lo que un pequeño descanso puede hacer que sea posible restaurarlos y regenerarse como son los casos de Machu Pichu y Ankor Wat.