El día de ayer, salió al público la minuta sobre la reunión de la Junta de Gobierno del Banco de México con motivo de la decisión de política monetaria anunciada el pasado 24 de septiembre. La resolución de esta junta fue reducir en 25 puntos base en objetivo de Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 4.25%.

Para tomar esta decisión, los miembros de la Junta analizan el entorno económico nacional para poder tomar una decisión con base en el momento que se vive. Dentro de esta discusión, llama la atención la preocupación que muestran por el entorno macroeconómico y financiero del país.
Destacan la apreciación del tipo de cambio que, a pesar de ser una de las monedas emergentes que más se ha apreciado, la posición cambiaria neta es negativa y el acumulado anual de los flujos a instrumentos de renta fija sigue siendo negativo por más de 14 mil millones de dólares. También destacaron que el riesgo soberano mejoro ligeramente y que el mercado bursátil nacional disminuyó en línea con la tendencia global.
Resaltó la mayoría que la situación de las finanzas públicas constituía un factor de riesgo por varios motivos. El primero, es la deuda, que pasará a 54.7% del PIB aumentando de 44.8% y los requerimientos financieros de la deuda de 2.3% a 4.7%; el segundo, es que el paquete económico para 2021 es una continuación de los dos años anteriores donde preocupa el manejo austero de las finanzas públicas y la orientación a los programas prioritarios.
El tercer motivo, es el pequeño aumento en el presupuesto de salud que será insuficiente en la coyuntura actual y la caída en la inversión pública a su nivel más bajo en 20 años; y, el cuarto, es el agotamiento de los recursos del fondo de estabilización para 2021 y que los supuestos sobre los cuales se basa el paquete económico no podrán cumplirse como los objetivos de producción petrolera.
Respecto al último punto, se mostró mucha preocupación respecto a la situación de PEMEX, muchos prevén que necesite apoyos fiscales adicionales y que la posibilidad de un recorte en la calificación de la petrolera podrían afectar las finanzas públicas. Lo que más preocupó fue la ausencia de un plan o una solución a largo plazo para los problemas de PEMEX.
Finalmente, la mayoría de los Gobernadores de la Junta subrayaron que existe un entorno poco propicio para la inversión privada, señalaron plantones, tomas de infraestructura ferroviaria y carretera, robo de combustible y el aumento en la inseguridad como factores que desalientan la inversión privada que es necesaria para mantener un crecimiento sostenido.
Importante también, la falta de apoyo fiscal para mitigar los daños a largo plazo en el aparato productivo, en especial en las pequeñas y medianas empresas. En general, parece preocuparles el futuro próximo de la economía mexicana, mucho estrés en las finanzas públicas para el próximo año y sugieren una reorientación del gasto.